El comandante de Iberia Luis Guil Pijuan ha denunciado, a título personal, ante la Comisaría de Barajas, la existencia de residuos sólidos y desperdicios en las plataformas de aviones de dicho aeropuerto, ante el riesgo de que se enganchen en el tren de aterrizaje y produzcan un grave accidente en las aeronaves a la hora del despegue "repitiendo la tragedia que se produjo con el Concorde en París".
El comandante de Iberia Luis Guil Pijuan ha denunciado, a título personal, ante la Comisaría de Barajas, la existencia de residuos sólidos y desperdicios en las plataformas de aviones de dicho aeropuerto, ante el riesgo de que se enganchen en el tren de aterrizaje y produzcan un grave accidente en las aeronaves a la hora del despegue "repitiendo la tragedia que se produjo con el Concorde en París". A juicio del piloto denunciante, "estos desperdicios, entre los que se encuentran latas de bebidas, tenedores, cuchillos y barras de metal, pueden poner en riesgo la seguridad de los aviones y también del personal que circule por algunas de las plataformas de aviones de este aeropuerto", señaló Guil a Europa Press. En este sentido, explicó que el 28 de octubre de 2000 presentó una denuncia ante las autoridades del aeropuerto, ya que debido a la suciedad acumulada, un cilindro metálico quedó incrustado en la rueda del avión MD 88 que tenía que pilotar. "Pudimos detectarlo a tiempo y cambiar la rueda, pero si no hubiese sido así, las consecuencias habrían sido nefastas, ya que en el despegue el tubo habría salido disparado, destrozando probablemente los motores", explicó el piloto, y añadió que si no se hubiese detectado "habría habido una probabilidad altísima de accidente mortal". Guil resaltó que puso en conocimiento de las autoridades del aeropuerto y de Seguridad en Vuelo de Iberia el suceso, advirtiendo de que los aparcamientos tenían gran cantidad de objetos "peligrosos, como tenedores, chapas, latas, piedras, e incluso una barra metálica", dijo. "Las autoridades hicieron fotografías para comprobar la autenticidad de los objetos", añadió. Ese mismo día, el comandante puso en conocimiento, asimismo, que en estos aparcamientos hay "alcantarillas" (raíles situados en pista por donde circula el agua) deterioradas que no tienen rejilla, y en las que varias tripulantes de cabina y pasajeros "han caído", sufriendo heridas de diversa consideración. En este sentido, resaltó el caso de una azafata que sufrió un grave desgarro en la pierna al caer dentro de esta alcantarilla, que precisó de un implante, y que él y otras tres auxiliares de vuelo también han sufrido percances. "Les he informado en diferentes ocasiones, incluso por radio y ha quedado grabado, pero no se ha solucionado nada", dijo. El comandante de Iberia manifestó que en vista de que en numerosas ocasiones ha advertido de estas irregularidades y no ha recibido respuesta, se ha visto "obligado" a denunciarlo a las autoridades judiciales". "Todo sigue igual que el primer día que lo denuncié, y en posteriores ocasiones he advertido de estos problemas, por lo que creo necesario que intervengan las autoridades judiciales, porque si no, no veo solución", concluyó. Por su parte, fuentes de Aena, tras señalar que han recibido esta denuncia "y que ha sido puesta en manos de los servicios jurídicos, indicaron a Europa Press que en la medida en que algunos residuos se generan por las operaciones de mantenimiento, limpieza y catering de los aparatos, los primeros responsables de retirarlos deberían ser las propias compañías al acabar la operación de las aeronaves. No obstante, afirmaron que Aena realiza una limpieza con máquinas barredoras de alto rendimiento, a través de la empresa Urbasar, cada vez que un avión abandona su posición en el aparcamiento, y además, periódicamente se hace limpieza con líquidos desengrasantes. Asimismo resaltaron que el aeropuerto de Barajas cuenta con un certificado ISO de calidad medioambiental concedido el pasado mes de mayo. En cuanto a las citadas "alcantarillas", resaltaron que las roturas, producto fundamentalmente del elevado peso de los aparatos, "no llegan al 1 por ciento, y cada vez que se notifica cualquier desperfecto, se procede a cambiarlas o a repararlas".
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