La pacificación en el Ulster ha comportado un notable auge en la demanda hotelera en la ciudad de Belfast y en el resto del territorio de Irlanda del Norte, lo que proporciona elevadas tasas de ocupación de la planta existente y la puesta en funcionamiento de nuevas plazas.
La pacificación en el Ulster ha comportado un notable auge en la demanda hotelera en la ciudad de Belfast y en el resto del territorio de Irlanda del Norte, lo que proporciona elevadas tasas de ocupación de la planta existente y la puesta en funcionamiento de nuevas plazas. En 1995, con la esperanzadora perspectiva del proceso de paz, los responsables del Northern Ireland Tourist Board fijaron como objetivo turístico para su país que en el plazo de cinco años (1996-2000) se consiguiera doblar la capacidad de alojamiento hotelero ofertada. Para favorecer el citado objetivo, las autoridades norirlandesas establecieron incentivos y moratorias para proyectos de construcción de nuevos establecimientos, que despertaron el interés y las inversiones de cadenas británicas, irlandesas e internacionales, que han hecho posible la consecución de dicho objetivo.
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