Las centrales sindicales de Aerolíneas Argentinas AAA, APTA y APA acusan al director general de la línea aérea, Emilio Cabrera, de intentar "convencer" a los empleados de la compañía de que acepten el despido de 1.200 trabajadores y rebajas salariales así como de abandonar rutas que consideran rentables con el objetivo de ahorrar 7.500 millones de pesetas (40 millones de dólares anuales).
Las centrales sindicales de Aerolíneas Argentinas AAA, APTA y APA acusan al director general de la línea aérea, Emilio Cabrera, de intentar "convencer" a los empleados de la compañía de que acepten el despido de 1.200 trabajadores y rebajas salariales así como de abandonar rutas que consideran rentables con el objetivo de ahorrar 7.500 millones de pesetas (40 millones de dólares anuales).La Asociación Argentina de Aeronavegantes explica que la dirección de Aerolíneas está abandonando ocho escalas internas y el vuelo directo a Roma que, según sus datos, tiene una media de ocupación del 85%, y afirman que en poco tiempo este tramo será ocupado por Iberia, "como sucedió con todas nuestras rutas intereuropeas". Las críticas de los sindicatos parten de una carta remitida por Cabrera en la que el director general de Aerolíneas pide a las centrales que acepten negociar el plan del Ministerio de Trabajo argentino en lo que calificó como la "última oportunidad" para evitar "consecuencias irreparables". Según Cabrera, los accionistas de la compañía se encuentran ante el "dilema de determinar si todos los esfuerzos son en vano ante posturas que hacen peligrar la continuidad de la empresa y, consecuentemente, la fuente de trabajo". Los sindicatos calificaron la postura de Cabrera de "cinismo absoluto" y afirmaron que Trabajo pretendía con su convocatoria "presionarnos a firmar un Acuerdo Marco que exigía negociar en menos de 15 días hábiles nuestras condiciones laborales, para garantizar que no habría despidos", lo que, según recuerdan, ya estaba comprometido en el acuerdo entre los estados argentino y español de octubre del pasado año. En aquella fecha, el presidente de la SEPI, Pedro Ferreras se comprometió a facilitar la creación de comisiones mixtas para analizar la situación, algo a lo que las centrales siguen dispuestas. La AAA se queja especialmente de que Iberia ofrezca a sus trabajadores condiciones de trabajo y salariales "modernas y competitivas" que entiende como "increíblemente superiores a las nuestras", a la vez que "explota y promociona" las rutas que para "nuestro caso considera no rentables su administración". Con este rumbo, añade, "estamos convencidos de que aunque trabajásemos gratis", Aerolíneas y Austral "estarían destinadas a la desaparición".Aerolíneas Argentinas fue vendida por el Estado en 1990. Desde entonces, Iberia tiene, de forma indirecta el control de la compañía, y en el 2000 retomó además el control operativo de la firma de bandera argentina, junto con el de su filial austral, que venía estando en manos de American Airlines. Durante el pasado año, Aerolíneas ha venido arrastrando una deuda acumulada de 900 millones de dólares y pérdidas mensuales que el mercado sitúa entre 3.700 y 5.000 millones de pesetas (20 y 27 millones de dólares).
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