El primer programa de invierno de la historia que oferta el mayorista alemán TUI para Menorca finaliza hoy miércoles, día de regreso de los últimos turistas que se han acogido a dicho programa, y lo hace con un balance más que discreto en lo cuantitativo, y netamente positivo en lo cualitativo.
El primer programa de invierno de la historia que oferta el mayorista alemán TUI para Menorca finaliza hoy miércoles, día de regreso de los últimos turistas que se han acogido a dicho programa, y lo hace con un balance más que discreto en lo cuantitativo, y netamente positivo en lo cualitativo. El primer aspecto, el que en definitiva influye en el balance de cuentas y en el posible mantenimiento de la iniciativa invernal en años venideros, arroja un resultado global de unos treinta turistas a lo largo de las siete semanas que ha durado el programa. Siete, que fueron seis, porque la primera semana la novedosa oferta de invierno de TUI quedó desierta de visitantes: la primera pareja de turistas no llegó hasta la semana siguiente, la segunda, oficialmente, del programa invernal. Desde entonces, cada semana han ido «cayendo» algunos visitantes, hasta sumar la reseñada treintena final. «Poquitos visitantes», como admite el director de Ultramar Express, Pedro Pons, responsable del servicio receptivo en Menorca de TUI. Pons señaló que este fin de semana se desplazará a la isla un responsable del mayorista alemán para hacer balance de esta pionera iniciativa invernal, que en cualquier caso tendrá un año más de prolongación, tal y como se comprometió el turoperador, antes de decidir si vale la pena mantenerla indefinidamente. Como señala Pons, el balance y sus conclusiones deberán centrarse fundamentalmente en el aspecto de la publicidad y en los canales de comercialización del «producto» Menorca como destino de invierno, puesto que «lo que es aquí, sobre el terreno, poco más se puede hacer, ya que los que han venido se han marchado muy satisfechos con las excursiones, con el programa «Menorca a la carta» que ofrecía visitas gastronómicas a conocidos restaurantes, y sorprendidos por la belleza y la tranquilidad de la isla». La atención dispensada por las guías, que lógicamente no han tenido mucho que atender, ha podido ser sumamente positiva.
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