El gremio de hoteles de Barcelona ha comunicado a la administración local el interés en participar en la financiación del nuevo centro de convenciones, incluido en el proyecto del Fòrum 2004, si el concurso convocado quedase desierto. Entre otras posibilidades, los hoteleros se han planteado, según indicaron fuentes del sector, pagar una contribución especial para sufragar el coste de esta instalación, valorada en 13.000 millones de pesetas.
El gremio de hoteles de Barcelona ha comunicado a la administración local el interés en participar en la financiación del nuevo centro de convenciones, incluido en el proyecto del Fòrum 2004, si el concurso convocado quedase desierto. Entre otras posibilidades, los hoteleros se han planteado, según indicaron fuentes del sector, pagar una contribución especial para sufragar el coste de esta instalación, valorada en 13.000 millones de pesetas.
Jordi Clos, presidente del gremio, subrayó que no se ha llegado a acuerdo alguno con el Ayuntamniento sobre la posibilidad de que sean los hoteleros quienes se encargen de la construcción y gestión del centro de convenciones. "Hemos mostrado al Consistorio -matizó- nuestro interés en esta instalación y hemos notificado que si el concurso queda desierto, sacaremos adelante este proyecto." Un portavoz municipal añadió que no hay ninguna resolución sobre la adjudicación: "La mesa de contratación está analizando las cuatro ofertas presentadas y todavía no hay fecha para comunicar una decisión". Desde luego, también recordó que, como todo concurso, éste podría quedar desierto. A principios de este mes se procedió a la apertura de plicas de las ofertas presentadas ante la empresa municipal Infraestructuras 2004 SA. Cuatro grupos empresariales -de los que sólo uno es español, Sote-ras- presentaron su oferta para la gestión del nuevo centro, con una capacidad de hasta 15.000 asistentes a grandes certámenes y convenciones. Sin embargo, sólo dos de los grupos, uno anglo-suizo y otro alemán, pretenden lograr la construcción, financiación y gestión de esta instalación. Pocos días después, el convergente Joaquim Molins, en su antepenúltima rueda de prensa como jefe de la oposición municipal, criticó la privatización del centro de convenciones. Molins requirió que el concurso fuera declarado desierto y que se impulsará la creación de un entre público-privado al estilo de la Fira para gestionar un enclave considerado como esencial para el desarrollo empresarial y turístico de Barcelona. "Esta instalación debe ser para el conjunto de la ciudad y no puede estar ligada a un solo hotel." El gremio, en cambio, sí cumple con ese requisito de una gestión compartida. "Está claro que el centro de convenciones -insistió Jordi Clos- debe ser una herramienta de trabajo al servicio de la ciudad y no de un privado." Otra cuestión es cómo afrontarían la inversión, que podría ser con una contribución especial, pero podría haber otras vías.
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