Tras cuatro días con las playas, los hoteles, los apartamentos y las carreteras llenas de un turismo mayoritariamente del país, ha llegado el momento del turista cien por cien extranjero. Las fiestas de Pentecostés que se celebran esta semana en Francia, y las vacaciones de algunos länd alemanes impedirán que la Costa Brava pase de la plena ocupación de los últimos días al vacío. Algunas asociaciones hoteleras ya tienen la mitad de sus plazas reservadas hasta finales del mes de abril y se auguran unas perspectivas similares para mayo.
Tras cuatro días con las playas, los hoteles, los apartamentos y las carreteras llenas de un turismo mayoritariamente del país, ha llegado el momento del turista cien por cien extranjero. Las fiestas de Pentecostés que se celebran esta semana en Francia, y las vacaciones de algunos länd alemanes impedirán que la Costa Brava pase de la plena ocupación de los últimos días al vacío. Algunas asociaciones hoteleras ya tienen la mitad de sus plazas reservadas hasta finales del mes de abril y se auguran unas perspectivas similares para mayo.
El puente de Pascua ha sido uno de los más buenos, turísticamente hablando, de los últimos años. El gerente de Costa Brava Centre Hotels, Martí Sabrià, afirma que municipios como Begur, Palafrugell, Palamós o Platja d'Aro han estado ocupados al cien por cien durante estos cuatro días. El lleno no afectó sólo los hoteles, sino también, y gracias al buen tiempo, a las segundas residencias, lo que ha propiciado un buen volumen de negocio en los restaurantes y los locales de ocio de la zona. Según Sabrià, un ochenta por ciento de los visitantes de la Costa Brava procedía de Cataluña y el resto de España, lo que ha hecho que en municipios como l'Estartit, destino de un público básicamente extranjero, la ocupación fuera menor, aproximadamente del 75%. Las casas de turismo rural también esperan la llegada de turistas franceses y alemanes los próximos días, según explicó ayer la presidenta de la Associació per al Desenvolupament del Turisme Rural a les Comarques de Girona, Dolors Rovirola. "Estos visitantes -señaló Rovi- rola- garantizarán una buena ocupación durante toda esta semana." De esta forma, el turismo rural de Girona redondeará una de las Semanas Santas más productivas de los últimos años. No en vano, Dolors Rovirola recordaba ayer que, "dos semanas antes de Pascua, muchos de nuestros asociados (casi un centenar) tenían que rechazar reservas porque estaba todo lleno y no nos quedó más remedio que abrir listas de espera". Con el tiempo, el perfil del cliente de las casas rurales se ha ampliado y acuden a este tipo de establecimientos desde jóvenes que buscan aislarse de la gran ciudad a familias que persiguen las dosis de tranquilidad que les ofrece el campo. Según Rovirola, la diversificación de la clientela es uno de los factores que permite a las masías de Girona mantenerse abiertas casi todo el año. (Artículo firmado por Pep Taberner y Gemma Ribas y publicado en el diario catalán "La Vanguardia" en su edición del 17/04/01
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