Un grupo de rebeldes prochechenos entra en un hotel de lujo del centro de Estambul y toma varios rehenes

Un grupo de hombres armados entraron ayer por la noche en el hotel de lujo Swissotel de Estambul y tomaron como rehenes a algunos de sus ocupantes, en protesta por las acciones militares rusas en Chechenia, según informó la agencia de noticias turca Anatolian.Los asaltantes, que estaban fuertemente armados con pistolas y fusiles automáticos, se identificaron como seguidores de Mohamed Tokcan, un ciudadano turco de origen checheno que secuestró un transbordador en el año 1996 y que se encuentra en una prisión turca, y pidieron hablar con el ministro turco de Interior, Saadettin Tantan. El jefe de la policía de Estambul dijo que el grupo de rehenes podría estar compuesto por entre 20 y 25 personas.Según las declaraciones de un hombre belga que estaba visitando el hotel, "dos o tres hombres se precipataron en el hotel. Estaban vestidos de negro y comenzaron a disparar. Yo huí inmediatamente y cuando estaba en el jardín oí más disparos".Cientos de policías se apostaron estratégicamente alrededor del hotel y varias ambulancias hicieron acto de presencia, aunque no se sabe si en el acto del secuestro de los rehenes se produjo algún herido.Esta madrugada todavía no se conocía el número de rehenes secuestrados ni su nacionalidad. La Oficina de Información Diplomática española no tenía constancia de que hubiera ningún ciudadano español entre los secuestrados.La agencia de noticias Anatolian citaba informes que relacionaban el grupo prochecheno con los rebeledes que secuestraron un ferry ruso en el Mar Negro en 1996.El pasado mes, otro grupo de rebeldes secuestró un avión ruso con destino a Estambul y lo obligó a aterrizar en Arabia Saudí. 170 rehenes rusos y turcos fueron liberados después de la intervención de comandos especiales de la policía saudí, pero una azafata del avión murió, así como uno de los secuestradores.La ONU condenó el pasado viernes a Rusia por su "desproporcionado" uso de la fuerza en Chechenia. (Diario El País, 23/04/01)