El alto grado de ocupación en hoteles de calidad de Barcelona y Madrid ha creado una "demanda insatisfecha" que, tras intentar reservar en repetidas ocasiones y sin éxito, provoca que viajes de congresos e incentivos se desplacen hacia otras ciudades españolas como Valencia o Sevilla u otros destinos europeos.
El alto grado de ocupación en hoteles de calidad de Barcelona y Madrid ha creado una "demanda insatisfecha" que, tras intentar reservar en repetidas ocasiones y sin éxito, provoca que viajes de congresos e incentivos se desplacen hacia otras ciudades españolas como Valencia o Sevilla u otros destinos europeos. El alto grado de ocupación en hoteles de calidad de Barcelona y Madrid ha creado una "demanda insatisfecha" que, tras intentar reservar en repetidas ocasiones y sin éxito, provoca que viajes de congresos e incentivos se desplacen hacia otras ciudades españolas como Valencia o Sevilla u otros destinos europeos. Según un estudio comparativo de los hoteles de lujo en Barcelona y Madrid realizado por la consultora Mazars, las ocupaciones hoteleras en estas ciudades registraron máximos continuados durante los tres últimos ejercicios, situándose en tasas medias del 80 por ciento. Este crecimiento ha sido impulsado por el desarrollo de la capital española como centro de negocios y por el aumento de las pernoctaciones en Barcelona gracias al turismo urbano. Esta situación "aparentemente positiva" tiene como consecuencia la tendencia a decantar los viajes de negocios a Valencia y Sevilla por los altos niveles de ocupación y la escasez de oferta hotelera de calidad, añade el informe. Barcelona tiene previsto inaugurar 45 nuevos hoteles hasta el 2003, predominando los de 3 y 4 estrellas, mientras que en Madrid abrirán sus puertas 34 hoteles en el mismo periodo, sobre todo de 4 estrellas. La disponibilidad de 5.215 nuevas habitaciones en Barcelona y de 5.870 en Madrid se traducirá en un descenso de la ocupación media anual, que previsiblemente se situará entre el 78 y el 80 por ciento en el primer caso y entre el 75 y el 80 por ciento en el segundo. En el año 2000 la ocupación de estos hoteles en Barcelona fue del 81,66 por ciento, respectivamente, mientras que en el ejercicio anterior fue del 79,53 por ciento. El precio medio de los hoteles de lujo fue de unas 33.000 pesetas y en el caso de los de primera clase, de 18.000 pesetas. Los principales eventos en la Ciudad Condal que motivarán el pleno de estos locales son el Congreso Mundial de Cardiología, en 2001; el Año "Gaudí", en 2002; los Campeonatos Mundiales de Natación, en 2003 y el Fórum de las Culturas, en 2004. Según el estudio, los elementos que a medio y largo plazo pueden reducir el "atractivo" de Barcelona como destino turístico son la saturación operativa del aeropuerto de Barcelona y la falta de vuelos intercontinentales. También destacan como elementos negativos la escasez de suelo urbano para uso hotelero y el elevado precio del existente, que dificultan el desarrollo de proyectos de hoteles de lujo. Además, para los turistas nacionales, el elevado nivel de los precios hoteleros de Barcelona han hecho disminuir el peso del turismo español del 40 por ciento que representó en 1999 al 28 por ciento en el año 2000. En lo que respecta a Madrid, el año pasado la ocupación hotelera en la capital española fue del 76,6 por ciento, frente al 80,12 de 1999. El precio medio se situó en 31.367 pesetas en los hoteles de lujo y de 18.809 pesetas en los de primera clase. La nueva oferta hotelera del periodo 2002 planea la "incertidumbre" sobre su posible absorción a la vista de los resultados alcanzados en el año 2000. En este sentido, el informe indica que la ocupación se situará en torno al 70 y 75 por ciento en los próximos ejercicios y que los precios limitan el crecimiento experimentado de los ejercicios anteriores, ya que en 1999 las tarifas subieron un 16 por ciento en 1999 y en 2000 un 13,8 por ciento. Para evitar esta situación es necesario "poner en marcha una adecuada política de promoción de Madrid como destino de turismo urbano y cultural". En julio y agosto disminuyó el peso de los turistas nacionales, sobre todo en Barcelona. En estos meses de 1999 representaron un 38 y un 22 por ciento, respectivamente. Sin embargo, estos porcentajes se redujeron en 2000 hasta el 29 por ciento en julio y el 14,5 por ciento en agosto. La presencia de turistas procedentes de Europa fue prácticamente uniforme a lo largo del año. En Madrid el turismo profesional redujo su peso un 40 por ciento en julio y agosto, mientras que el resto del año representó en torno a un 60 por ciento del total. Los turistas registraron una estancia media superior en Barcelona que en Madrid. A pesar de ello, ambas ciudades están todavía lejos del objetivo de tres días de estancia media, siendo de 2,21 días en Barcelona y de 1,88 días en Madrid.
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