Las autoridades británicas están negociando con el gobierno español una salida para superar las diferencias en torno a la aplicación de las denominadas "cláusulas Gibraltar" sobre el aeropuerto del mismo nombre, y desbloquear así la propuesta de Directiva sobre cielo único europeo que la Comisión Europea dejó aparcada hasta que Madrid y Londres se pongan de acuerdo para excluir Gibraltar del espacio aéreo comunitario.
Las autoridades británicas están negociando con el gobierno español una salida para superar las diferencias en torno a la aplicación de las denominadas "cláusulas Gibraltar" sobre el aeropuerto del mismo nombre, y desbloquear así la propuesta de Directiva sobre cielo único europeo que la Comisión Europea dejó aparcada hasta que Madrid y Londres se pongan de acuerdo para excluir Gibraltar del espacio aéreo comunitario. Según informaron a Europa Press fuentes diplomáticas británicas, el Reino Unido está dispuesto a aplicar esta cláusula, algo a lo que hasta ahora se ha negado, en el marco de una negociación que gire alrededor de dos reivindicaciones expresadas por el Gobierno de Gibraltar: una reducción de los polémicos controles al tránsito de españoles y gibraltareños en la verja y la concesión de un considerable número de líneas de teléfono adicionales. Las mismas fuentes se mostraron optimistas sobre la posibilidad de alcanzar un acuerdo con el Ejecutivo español una vez formado el nuevo gobierno británico resultante de las elecciones que se celebraron ayer. Sin embargo, la diplomacia española niega que se esté vinculando la negociación sobre la aplicación de las "cláusulas Gibraltar" para desbloquear la propuesta sobre el cielo único europeo a las reclamaciones de los "llanitos", que siempre han sido duramente contestadas desde Madrid. De hecho, el ministro español de Exteriores, Josep Piqué, en una de sus intervenciones más duras celebrada el Congreso de los Diputados auguró mayor "firmeza" respecto a una economía como la gibraltareña que tildó de "parasitaria". Tampoco dudó en hablar de "permisividad" al referirse a los controles en la Verja, y calificó de "desproporcionada" la petición de un millón de líneas de teléfono adicionales para una población de 30.000 habitantes. El gobierno español insistirá, por tanto, en que la aplicación de las cláusulas sobre el espacio aéreo del aeropuerto de Gibraltar no debe de estar condicionada a ninguna reclamación de los llanitos, y que si se quiere que Londres ceda en este punto es porque así lo exige el acervo comunitario. En todo caso, lo que sí hará Londres será proponer en el Consejo Europeo de Gotemburgo que se celebra a mediados de mes, que las delegaciones británica y española busquen una solución de consenso a través de una negociación bilateral para desbloquear la propuesta de directiva sobre cielo único europeo antes del próximo Consejo de Transportes que los Quince celebrarán el 28 de junio, según anunció el pasado día 5 en el Senado el secretario de Estado de Asuntos Europeos, Ramón de Miguel. El retraso de las elecciones en el Reino Unido ha impedido hasta ahora mantener un encuentro hispano-británico formal, pese a lo cual, Londres ha hecho saber al Gobierno español su voluntad de encontrar una solución "en el más breve plazo posible" y zanjar este asunto antes del 28 de junio. De llegarse a un acuerdo, la propuesta de Directiva sobre cielo único podría ver la luz en los días finales del semestre de presidencia sueca.
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