La comisaría europea de Transportes y Energía prepara una propuesta de reglamento que elevará hasta 1.500 euros las compensaciones que las aerolíneas tendrán que pagar a los pasajeros por denegarles embarque --a causa de overbooking--, o cancelar sus vuelos por motivos comerciales.
La comisaría europea de Transportes y Energía prepara una propuesta de reglamento que elevará hasta 1.500 euros las compensaciones que las aerolíneas tendrán que pagar a los pasajeros por denegarles embarque --a causa de overbooking--, o cancelar sus vuelos por motivos comerciales. La comisaría europea de Transportes y Energía prepara una propuesta de reglamento que elevará hasta 1.500 euros las compensaciones que las aerolíneas tendrán que pagar a los pasajeros por denegarles embarque --a causa de overbooking--, o cancelar sus vuelos por motivos comerciales. Esta propuesta preliminar, a la que ha tenido acceso Europa Press, multiplicaría por cinco la compensación máxima actual y mantiene la obligación de dar al pasajero la posibilidad de elegir entre continuar su viaje con un vuelo alternativo o renunciar a él con el consiguiente rembolso del billete. Las compensaciones oscilan actualmente entre los 75 y los 300 euros, frente a un abanico de 375-1.500 en la nueva propuesta. Además, ésta pretende extender estas indemnizaciones a los casos en que se cancelen vuelos, siempre que la supresión no se deba a motivos de seguridad. De este modo, la Dirección General de Transportes de la Comisión Europea optas por una estrategia de "disuasión" para combatir el overbooking "excesivo" --sobreventa de plazas en un vuelo--, pese a que la comisaria se ha mostrado a favor de prohibir esta práctica. "Aunque los niveles de denegación de embarque son demasiado altos, es imposible eliminar la práctica", afirma el proyecto de reglamento. En este sentido, explica que la mitad de las ocasiones en que se deniega el embarque a un cliente de una aerolínea están provocadas por motivos "operativos", como retraso de un vuelo que hace a sus pasajeros perder sus conexiones. El resto se deben a estimaciones de las compañías sobre el número de personas que, habiendo reservado una plaza, no se presentarán. "Los operadores necesitan flexibilidad para hacer frente a acontecimientos inesperados, pero no tienen obstáculos que les impidan aspirar a niveles de ocupación excesivamente altos", añade el documento. Así, pretende equilibrar el beneficio que obtienen las compañías con el overbooking con el coste que supone para los pasajeros. La propuesta señala que las aerolíneas han facilitado "información muy limitada" sobre sus ganancias gracias al overbooking y, a partir de ella, los servicios de De Palacio estiman estos ingresos en 1.500 euros por pasajero. El documento de la Dirección General de Transportes tiene que ser ahora consultado con otros departamentos interesados de la Comisión Europea, que pueden modificarlo. La comisaria quiere presentar su propuesta para que sea adoptada por el Colegio a principios de julio. Después tendrá que ser discutida por el Parlamento Europeo y el Consejo de Ministros de la UE. Por otro lado, la estrategia para minimizar los perjuicios del overbooking incluye la creación de la figura del "voluntario", un pasajero que decide abandonar su plaza en el avión del que se han vendido demasiados asientos y negocia su compensación con la compañía. De hecho, si la propuesta sale adelante, las aerolíneas estarán obligadas a pedir siempre voluntarios antes de denegar un embarque. El documento argumenta que este sistema funciona en Estados Unidos, con una tasa de embarques denegados de 0,1 por cada 1.000 pasajeros, frente a 1,1 en la UE. El proyecto de reglamento propone extender estas normas a los vuelos cancelados --salvo, obviamente, la de petición de voluntarios--, incluyendo la posibilidad de que el pasajero elija entre continuar su viaje o recuperar el precio del billete, así como la asistencia durante la espera. Se aplica también a los vuelos chárter --todas las normas afectan tanto a aerolíneas como a turoperadores-- y a los vuelos con origen en un país tercero y destino en la UE, siempre que en dicho país el pasajero no goce de derechos similares. Las propuestas parten de considerar que, tanto en caso de embarque denegado por overbooking como de cancelación de un vuelo, la compañía está incumpliendo su compromiso con el pasajero, aunque esté respaldado por las condiciones del contrato. En el caso de los largos retrasos, la propuesta preliminar admite que las compañías aéreas no siempre son responsables, y señala como otras causas el control del tráfico aéreo y la capacidad aeroportuaria. "En las actuales circunstancias, no se debería obligar a los operadores a compensar a los pasajeros que hayan sufrido retrasos", afirma. Sin embargo, considera "inaceptable" que los pasajeros sean abandonados durante horas, cuando el compromiso adquirido por las aerolíneas en el contrato incluye su transporte con diligencia razonable. Por ello, propone que a los pasajeros que sufran largos retrasos se les ofrezca la posibilidad de renunciar a su viaje, recuperando el importe del billete, o tomar un vuelo alternativo lo antes posible. La duración del retraso que pondrá en marcha estas medidas se calculará en función de la duración del vuelo. En cuanto a la asistencia a estos pasajeros, el documento considera apropiado que las compañías compitan entre sí con este tratamiento, pero propone mayores obligaciones hacia los colectivos más vulnerables, como personas con movilidad reducida o menores no acompañados.
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