El ministro de Asuntos Exteriores de España, Josep Piqué, confía en que el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, decida mantener en suspenso, respecto a las empresas europeas, los aspectos más conflictivos de la ley Helms-Burton, que permite a Washington sancionar a empresas extranjeras con inversiones o negocios en Cuba.
El ministro de Asuntos Exteriores de España, Josep Piqué, confía en que el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, decida mantener en suspenso, respecto a las empresas europeas, los aspectos más conflictivos de la ley Helms-Burton, que permite a Washington sancionar a empresas extranjeras con inversiones o negocios en Cuba. "Hay un marco de entendimiento entre la Unión Europea y Estados Unidos, que entendemos sigue vigente, según el cual Estados Unidos se compromete a no poner en marcha estos capítulos", afirmó Piqué en rueda de prensa ayer durante el Consejo de Asuntos Generales de la Unión Europea. "Espero que la actitud de la nueva Administración sea de respeto a ese marco de entendimiento", añadió. Tras la aprobación de la ley por parte de Estados Unidos, en 1997, la UE y Washington firmaron un memorando de entendimiento por el cual los Quince se comprometieron a no denunciar la ley, que consideran extraterritorial, a la Organización Mundial del Comercio (OMC), si no se aplicaba el polémico Título III a las empresas europeas. Este título permite a los ciudadanos estadounidenses denunciar ante los tribunales de este país a empresas que inviertan o hagan negocios con antiguas propiedades de cubanos exiliados en Estados Unidos. En virtud del acuerdo entre Bruselas y Washington, el ex presidente Bill Clinton suspendió, periódicamente, la aplicación de este título. El nuevo presidente, George W. Bush, debe decidir si renueva esta suspensión, y tanto el Gobierno español como la Comisión Europea confían en que esta actitud se mantenga.
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