El Papa Juan Pablo II destaca en su mensaje con motivo del Día Mundial del Turismo que se celebrará el próximo 27 de septiembre, que el turismo deber ser la ocasión "para un útil intercambio de experiencias y de un diálogo fructífero entre distintas civilizaciones".
El Papa Juan Pablo II destaca en su mensaje con motivo del Día Mundial del Turismo que se celebrará el próximo 27 de septiembre, que el turismo deber ser la ocasión "para un útil intercambio de experiencias y de un diálogo fructífero entre distintas civilizaciones". Según se recoge en este discurso, dado a conocer por la Conferencia Episcopal en su página web, Juan Pablo II resalta que el turismo "influye cada vez más en la vida de las personas y de las naciones" y que la industria turística, "refleja como es el mundo: cada vez más global y más interdependiente". Así, opina que el desarrollo del turismo "en particular del turismo cultural, constituye, "sin lugar a dudas, un beneficio para aquellos que lo practican y para la comunidad que acoge a los visitantes y a los turistas". Reconoce sin embargo, que el turismo de masa "ha producido una forma de subcultura que degrada tanto al turista como a la comunidad que lo acoge ya que se tiende a instrumentalizar con fines comerciales, los vestigios de 'civilizaciones primitivas' y los 'ritos de iniciación que aun perduran en algunas sociedades tradcionales'. Por ello considera que "es preciso hacer todo lo posible para que el turismo no llegue a ser, en ningún caso, una forma moderna de explotación". El Sumo Pontífice considera que "rectamente orientado, el turismo llega ser una oportunidad para el diálogo entre las civilizaciones y las culturas y, a fin de cuentas, un precioso servicio a la paz". "La naturaleza misma del turismo comporta algunas circunstancias que favorecen ese diálogo", añade. El Papa valora que el que la OMT haya proclamado el año 2001 'Año Internacional del Diálogo entre las Civilizaciones', es "como una invitación a reflexionar sobre la aportación que puede dar el turismo al diálogo entre las civilizaciones". "El turismo pone en contacto con otras maneras de vivir, otras religiones, otras formas de ver el mundo y su historia. Eso lleva al hombre a descubrirse a si mismo y a los demás, como individuos y como colectividad, inmersos en la vasta historia de la humanidad, herederos de un universo, a la vez extraño y familiar y solidarios con él", destaca el Papa en su discurso. "Surge así una nueva visión de los demás, que evita el peligro de permanecer replegados sobre sí mismo", asegura Juan Pablo, II quien añade que "en vez de encerrarse en su propia cultura, los pueblos están llamados, hoy más que nunca, a abrirse a otros pueblos, confrontándose con modos de pensar y de vivir diversos". Por ello, señala que "el turismo es una ocasión favorable para este diálogo entre las civilizaciones, porque promueve el conocimiento de las riquezas específicas que distinguen a una civilización de otra, favorece una memoria viva de la historia y de sus tradiciones sociales, religiosas y espirituales, y una profundización recíproca de las riquezas en la humanidad". Asimismo, con motivo de esta Jornada Mundial del Turismo, el Papa invita a todos los creyentes a que "reflexionen sobre los aspectos positivos y negativos del turismo, para que den un testimonio eficaz de la propia fe en este campo tan importante de la realidad humana".
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