La contratación de viajes en Internet

La oferta de servicios relacionados con el turismo en Internet aumenta de forma significativa a medida que se va generalizando la contratación de bienes y servicios a través de la red destacando la contratación de los conocidos como viajes combinados.Respecto a éstos resulta directamente aplicable la Ley 21/1995, de 6 de julio, reguladora de los Viajes Combinados que los define como "la combinación previa de, por lo menos, dos de los siguientes elementos, vendida u ofrecida en venta con arreglo a un precio global, cuando dicha prestación sobrepase las veinticuatro horas o incluya una noche de estancia: a) transporte, b) alojamiento, c) otros servicios turísticos no accesorios del transporte o del alojamiento". Sin embargo, antes de proceder a la contratación de un viaje por Internet conviene tener en cuenta una serie de premisas para evitar que surjan problemas posteriores. Como primer hecho destacado es necesario comprobar que la empresa que oferta este tipo de servicios en Internet (debemos ir acostumbrándonos a calificar este tipo de servicios como Servicios de la Sociedad de la Información tal y como se recoge en el texto del Anteproyecto de Ley de Servicios de la Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico.) está constituida como Agencia de Viajes y presenta la autorización administrativa pertinente para poder realizar este tipo de actividades. En segundo término habrá que leer detalladamente la información que facilita el prestador del servicio en su página web deteniéndonos en cuestiones tan relevantes como las condiciones del viaje, tiempos de estancia, actividades de ocio que se realizarán, etc. Hay que destacar que las condiciones de la oferta siempre serán vinculantes para la empresa ofertante, con lo cual, resultará sumamente conveniente imprimir las condiciones del viaje que aparecen en la página web para poder demostrar el contenido del servicio que se acaba de contratar. Más aún, estas agencias de viajes por Internet tendrán la obligación legal de presentar unas condiciones generales de contratación claras y veraces, facilitar una dirección a la que el consumidor pueda dirigirse en caso de que surja cualquier incidencia o tenga que remitir cualquier documentación, identificarse con su denominación social y nunca está de más que faciliten un número de atención telefónica destinado a recibir y solucionar, dudas y reclamaciones del cliente. En tercer lugar, el consumidor deberá ser informado detalladamente de la política de protección de datos que desarrollará el prestador del servicio debiéndose respetar los derechos que la normativa sobre Protección de Datos Personales le otorga. (Javier Abad, diario Expansión Directo, 4/9/01)