En la edición del sábado de Hosteltur Diario Digital publicábamos un primer análisis parcial de la situación que viven las aerolíneas tras la cadena de atentados contra Estados Unidos el pasado martes, tomando para ello como base las declaraciones que el presidente de la Asociación Española de Compañías Aéreas, AECA, Felipe Navío, hiciera a la agencia Europa Press. Este fin de semana a nuestra redacción han continuado llegando informaciones, opiniones y análisis al respecto que nos permiten ampliar la información del sábado, conscientes de que este análisis, aún a la luz de las nuevas cifras, dista mucho de ser definitivo y completo. Aún es demasiado prematuro para ello.
En la edición del sábado de Hosteltur Diario Digital publicábamos un primer análisis parcial de la situación que viven las aerolíneas tras la cadena de atentados contra Estados Unidos el pasado martes, tomando para ello como base las declaraciones que el presidente de la Asociación Española de Compañías Aéreas, AECA, Felipe Navío, hiciera a la agencia Europa Press. Este fin de semana a nuestra redacción han continuado llegando informaciones, opiniones y análisis al respecto que nos permiten ampliar la información del sábado, conscientes de que este análisis, aún a la luz de las nuevas cifras, dista mucho de ser definitivo y completo. Aún es demasiado prematuro para ello.El sector aéreo internacional se enfrenta a la crisis más aguda de su historia. El impacto de la cadena de atentados terroristas contra los Estados Unidos sobre las líneas comerciales ha sido fulminante y las reacciones para contener la crisis no se han hecho esperar. Nadie escapa a esta situación. El presidente de la Asociación Española de Compañías Aéreas (AECA), Felipe Navío, en declaraciones la agencia Europa Press afirmó que las reservas en vuelos internacionales han descendido un 20 por ciento desde que se produjeran en Estados Unidos los atentados el pasado martes, día 11. La empresa estadounidense Continental Airlines, la quinta en el ranking por volumen de negocio en el mercado estadounidense, dio a conocer el sábado la aplicación de una serie de medidas drásticas para soportar la caída en picado de la demanda de pasajeros y los costes extraordinarios que supone financiar las extraordinarias medidas de refuerzo que es necesario adoptar en los sistemas de seguridad de sus aeronaves, para eliminar o al menos disminuir, el peligro de futuros secuestros. Directivos de Continental afirman que, de momento y con los altos niveles de cancelaciones de reservas existentes, es imposible enfrentar esos costes adicionales sin necesarios ajustes. De momento y como medida urgente, la compañía recortará el 20% de su oferta de vuelos de larga distancia, lo que implicará el despido de 12.000 trabajadores de los 56.000 que emplea, asegura un despacho de la agencia Reuters, en el que cita declaraciones de Gordon Bethune, presidente y consejero delegado de Continental: «La industria aérea estadounidense se enfrenta a una crisis financiera sin precedentes», manifestó Bethune justificando su decisión. En tal sentido, Bethune considera que la ayuda de gobierno de Estados Unidos es fundamental, y solicitó del p´residente Busch la aplicación de medidas inmediatas de apoyo al sector: «Nuestra industria necesita una acción inmediata del Gobierno para sobrevivir», añadió. Los expertos vaticinan que para las aerolíneas norteamericanas se avecina una carencia de liquidez e, incluso, van más allá al asegurar que pude producirse una espiral de quiebras en las próximas semanas. Para botón de muestra basta una cifra: la clausura del espacio aéreo estadounidense ha supuesto cada día una merma global de 1.000 millones de dólares de los ingresos de los operadores. Para estos expertos, si el mercado no se recupera en breve, las compañías sólo disponen de fondos para funcionar durante un mes. Pero la crisis no afecta solo a las empresas de Estados Unidos, pues la europeas también sufrirán la consecuencia de los actos terroristas. Si bien las aerolíneas europeas aún no han valorado las pérdidas de esta crisis, sí han comenzado a tomar precauciones. Lufthansa, por ejemplo, anunciaba el pasado viernes que pospondría la compra de 15 aviones Airbus para ampliar su flota. La que sí se ha atrevido a hacer una primera estimación del agujero financiero que ocasionarán los atentados ha sido la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA): Las empresas del sector soportarán este año pérdidas de, al menos, 11.100 millones de euros (1,8 billones de pesetas), cinco veces más de lo previsto hace tan sólo una semana. La crisis de las aerolíneas llega también a la bolsa, donde todas las europeas que cotizan han sufrido caídas en sus valores de más del 30% desde el martes 11 hasta el pasado viernes. El valor de la alemana Lufthansa se ha depreciado un 28% en estas últimas sesiones, mientras que British se ha dejado un más que notable 34% en esta semana negra. En el parqué español, los títulos de la compañía española Iberia cerraban su cotización el pasado viernes a 0,76 euros, acumulando un recorte del 33% desde el martes. Tampoco ha esquivado el desplome bursátil la central de reservas Amadeus, participada por Iberia. El viernes sus acciones caían hasta los 5,10 euros, tras dejarse en cuatro días un 36,25%. Pero la tempestad bursátil no parece que vaya remitir en los próximos días, pues los especialistas en bolsa pronostican que el derrumbe de los títulos de las aerolíneas se prolongará durante las próximas semanas, al menos hasta que desaparezca la fobia a viajar en avión, tras los atentados del pasado martes. En tal sentido, las previsiones de la firma Schroders Salomon Smith Barney apuntan a que la demanda de viajeros se recortará en un 20%. El presidente de AECA, aunque reconoció que estos incidentes afectarán a las cuentas de resultados de las compañías aéreas "que ya estaban un poco tocadas por el incremento del precio del combustible y la devaluación del euro", no desea ser alarmista y quiso lanzar "un mensaje de tranquilidad" ya que, en su opinión, "hay que esperar a conocer cuál será la reacción de Estados Unidos". "El mensaje tiene que ser optimista y de calma, en este momento estamos en un tiempo de espera", señaló Navío, quien añadió que "respecto a la seguridad tampoco se puede ser alarmista, hay que ser prudentes porque el transporte aéreo hoy en día es un producto necesario". "Habrá que realizar las mejoras necesarias, tanto en los aviones como en los aeropuertos, sin que éstas constriñan a las aerolíneas haciéndolas inviables para seguir en el negocio", dijo Navío.
Pero no solo las líneas aéreas están pagando y pagarán las consecuencias de los atentados. Los otros eslabones de la cadena del turismo, las agencias de viajes y los grupos hoteleros, también están entre los principales afectados por las consecuencias que tendrán los actos terroristas del pasado martes sobre la demanda. Las agencias de viajes, que están íntimamente ligadas al negocio del transporte aéreo ya lo están padeciendo. Desde el pasado día 11, los agentes han comenzado a recibir peticiones de cancelación de viajes, no sólo debido a que los aeropuertos estuvieran cerrados en Estados Unidos, sino también porque los usuarios están buscando transportes alternativos al avión o, simplemente, porque han decidido cancelar los viajes. El siguiente eslabón en la cadena del turismo, el alojamiento, aún no ha comenzado a ver los efecto, pero todos los expertos no dudan de que será uno de los más afectados. Los analistas del mercado que siguen a las empresas hoteleras ya han comenzado a revisar las recomendaciones de compra de las acciones de las cadenas de hoteles, especialmente las estadounidenses. Sin embargo, ningún analista ha sabido cuantificar el efecto que tendrán los atentados sobre la cuenta de resultados de las hoteleras. Lo que para los expertos sí está claro, es que habrá una menor demanda de alojamiento, y esto es extrapolable a cualquier parte del mundo. Por el momento, las cadenas hoteleras no están teniendo problemas a la hora de llenar sus establecimientos. Al contrario, el desbarajuste que ha producido el cierre de los aeropuertos ha motivado que muchas personas hayan tenido que alargar la estancia en los hoteles, lo que en algunos casos está provocando aumentos de precios. Sin embargo, los grupos hoteleros ya están preparando nuevas políticas comerciales y de mercado con las que hacer frente a la previsible caída de la demanda y a la nueva situación que esperan adopte la actividad en los próximos meses. El grupo canadiense Fairmont Hotels & Resorts ha indicado que revisará a la baja sus previsiones de beneficios, pese a no estar seguro de cómo pueden influir los atentados en la industria del turismo. Los grupos hoteleros españoles también se muestran cautos a la hora de cuantificar el efecto que padecerán, aunque mantienen la esperanza de que la economía no se verá afectada por esta situación de crisis política. (HOSTELTUR)
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