El presidente de Iberia, Xabier de Irala, ha presentado el organigrama de la nueva dirección de operaciones de Iberia, tras la dimisión en julio de 212 de los 400 pilotos que la componían durante el periodo de huelgas convocadas por el Sepla. El presidente de la compañía presentó el viernes 35 nombres de pilotos que ocuparán los puestos clave de una dirección encargada de controlar la instrucción y actividad de los tripulantes. Se desgaja la programación de los vuelos, se reducen los cargos y se excluye a los pilotos que presentaron su dimisión en julio. La tensión con el Sepla vuelve a subir de tono.
El presidente de Iberia, Xabier de Irala, ha presentado el organigrama de la nueva dirección de operaciones de Iberia, tras la dimisión en julio de 212 de los 400 pilotos que la componían durante el periodo de huelgas convocadas por el Sepla. El presidente de la compañía presentó el viernes 35 nombres de pilotos que ocuparán los puestos clave de una dirección encargada de controlar la instrucción y actividad de los tripulantes. Se desgaja la programación de los vuelos, se reducen los cargos y se excluye a los pilotos que presentaron su dimisión en julio. La tensión con el Sepla vuelve a subir de tono. A pesar del espíritu de concertación que el laudo intentó imponer en Iberia tras las huelgas que realizaron los pilotos en los pasados meses de junio y julio, el clima de tensión se mantiene en la compañía. El último episodio se vivió el pasado viernes con la presentación del desarrollo del nuevo organigrama de la línea aérea, en su camino hacia la transformación en un grupo empresarial integrado por diferentes filiales. El presidente de la compañía presentó ante los órganos de dirección la nueva estructura de las siete direcciones en las que se ha desglosado la línea aérea, así como el nombramiento de un centenar de directivos que pondrán rostro a este organigrama. Aparte de otras novedades significativas, los cambios y los nombramientos más polémicos se han producido en las direcciones de operaciones y de gestión de la producción. La dirección de operaciones ha sido históricamente en Iberia un departamento sobre el que el sindicato de pilotos Sepla ejercía un importante control, ya que era el encargado de organizar la instrucción y determinaba la programación de las tripulaciones. Con motivo de las huelgas de junio y julio convocadas por el Sepla, esta dirección se convirtió en el epicentro de las disputas entre la cúpula de la compañía y el sindicato. En un primer momento, 212 pilotos de los 400 que integran el departamento de operaciones presentaron la dimisión de sus puestos. Como contestación a estas dimisiones en cadena, el director de operaciones de Iberia, Enrique Pérez Villaamil, emitió un dictamen el 12 de julio que provocó la paralización de las operaciones de Iberia aduciendo que no se podía garantizar la seguridad de las operaciones. Ahora, el presidente de Iberia, Xabier de Irala, ha presentado un nuevo organigrama para la conflictiva dirección que deja fuera de sus competencias la programación de los vuelos de las tripulaciones, que pasan a ser responsabilidad de la dirección de gestión de la producción. Al frente de esta nueva dirección se ha colocado a un directivo de la empresa que no es piloto, Juan Bujía Lorenzo, y éste, a su vez, se ha rodeado de un equipo de siete ejecutivos en el que sólo hay un tripulante. La nueva dirección de operaciones incluye también una significativa reducción en el número de responsables de flota que designa. En la anterior estructura existían responsables a distintos niveles por cada tipo de avión en servicio. Ahora, éstos quedan reducidos a tres, e integran a las distinta flotas que operan en el corto recorrido, medio recorrido y largo recorrido. Uno de los aspectos del organigrama de la dirección de operaciones que ha provocado una mayor polémica son los nombres de los nuevos directivos, ya que, en buena medida, excluyen a aquellos pilotos que presentaron su dimisión con motivo de las huelgas. El presidente de la sección sindical del Sepla en Iberia, Jaime Lacasa, ha criticado la política de Irala en la renovación de la dirección de operaciones, porque mantiene en sus cargos más importantes a las personas que apoyaron la paralización de las operaciones de la compañía el día 12 de julio. Recuerda, además, que Aviación Civil debe dar su visto bueno a la nueva estructura. El nuevo organigrama de la línea aérea diseñado por el presidente de Iberia, en su armazón básico, fue presentado el pasado 25 de junio durante la celebración de un consejo de administración de la compañía celebrado al efecto. El desarrollo de este esqueleto inicial presentado el pasado viernes desciende un par de escalones en la definición de lo que serán en el inmediato futuro los organismos y los equipos de gestión encargados de llevar adelante el día a día de la empresa. Los nombramientos de directivos realizados hasta la fecha se refieren al negocio principal de Iberia, las líneas aéreas. Irala ha asegurado que en los próximos tres meses irá dibujando el esquema del grupo de transporte aéreo que permitirá convertir a Iberia en un holding. Ello se conseguirá con la segregación de los diferentes negocios de apoyo a la actividad principal, que terminarán por estructurarse en empresas separadas. La constitución del grupo empresarial también ha levantado suspicacias entre los pilotos. Se ha generado un rumor intenso que indica que la instrucción de las tripulaciones se segregará en una empresa independiente, extremo éste que ha sido desmentido por la dirección de la compañía. Iberia asegura que ha estudiado la posibilidad de crear una empresa que gestionará el uso de los simuladores de su propiedad, mientras niega que quiera ir más adelante. En este clima de recrudecimiento de las tensiones, la denuncia del Sepla a la Inspección de Trabajo, motivada por lo que el sindicato califica como cierre patronal de Iberia el pasado 12 de julio, solicita que se le imponga a Iberia "la máxima sanción que en derecho corresponda" y que se dé "conocimiento de los hechos al ministerio fiscal, al entender que de la actuación de los responsables de Iberia se derivan reproches en el ámbito penal". Esto no parece ser un idóneo caldo de cultivo para el entendimiento. (Antonio Ruiz del Árbol, Fernando Sanz, diario Cinco Días,19/9/01)
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