La demanda de viajes de vacaciones ha registrado un descenso que se sitúa entre el 70% y el 80% desde que se produjeron los atentados en EEUU la semana pasada, según estimaciones del sector. El temor a viajar, especialmente en avión y hacia EEUU, países árabes y destinos de larga distancia, ha asestado un duro golpe a las agencias de viajes, que en los últimos años habían consolidado septiembre como temporada alta, en sustitución de julio. Además, se trata de una demanda más madura y con más poder adquisitivo.
La demanda de viajes de vacaciones ha registrado un descenso que se sitúa entre el 70% y el 80% desde que se produjeron los atentados en EEUU la semana pasada, según estimaciones del sector. El temor a viajar, especialmente en avión y hacia EEUU, países árabes y destinos de larga distancia, ha asestado un duro golpe a las agencias de viajes, que en los últimos años habían consolidado septiembre como temporada alta, en sustitución de julio. Además, se trata de una demanda más madura y con más poder adquisitivo. "Las cancelaciones se notan sobre todo en lo que respecta a Nueva York, hacia donde se han anulado todas las reservas; pero también al resto de EEUU y países árabes, incluidos estados como Túnez o Turquía", explica Jaume Ventura, de la Unió Catalana de Agències de Viatges. Cuando un cliente pide Nueva York se le explica la situación y finalmente cambia, asegura Ventura. Los cruceros se han visto igualmente afectados. En Barcelona se ha detectado un descenso del 30%, ya que muchos de sus usuarios son estadounidenses. Fuentes de Turisme de Barcelona aseguran que la ciudad no ha notado mucho el impacto, ya que los hoteles están llenos, aunque sí en lo que respecta a turistas procedentes de EEUU, que el año pasado fueron los más numerosos, después de los españoles. Incluso el crucero Bolero, de capital español, ha sufrido 200 cancelaciones correspondientes a una empresa de EEUU, porque en una de las etapas recala en Túnez. Pero el mayor golpe se lo llevan los viajes largos. Las agencias han detectado una fuerte "psicosis aérea", que ha reducido drásticamente la demanda incluso hacia el Caribe, explica Marc García, de Viajes Iberia. Los destinos que menos bajan son los de interior. Canarias y Baleares no han sufrido los efectos de la crisis. También los viajes a capitales y ciudades europeas se mantienen en sus niveles habituales, "porque los usuarios los equiparan con vuelos domésticos", explica García. Pero el miedo de los potenciales viajeros es tan elevado, que incluso los programas para mayores de 55 años y los que promueve el Inserso, uno de los platos fuertes del sector a partir de septiembre, han estado a punto de sufrir las consecuencias del pánico. "A sus usuarios ha habido que insistirles en que son destinos españoles sin ningún riesgo", explicó un agente. (Agusti Sala/ Salvador Sabria, diario El Periódico de Cataluña, 20/9/01)
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