Los ministros de Comercio y Turismo de la Unión Europea, reunidos ayer en Bruselas, analizaron las consecuencias de los atentados del pasado 11 de septiembre en Estados Unidos sobre el sector turístico y se mostraron preocupados por los efectos de la inseguridad a corto y medio plazo.
Los ministros de Comercio y Turismo de la Unión Europea, reunidos ayer en Bruselas, analizaron las consecuencias de los atentados del pasado 11 de septiembre en Estados Unidos sobre el sector turístico y se mostraron preocupados por los efectos de la inseguridad a corto y medio plazo. Según el ministro flamenco de Empleo y Turismo, Renaat Landuyt, "las consecuencias ya son perceptibles", pero ahora la preocupación se centra en que "los acontecimientos actuales así como la inseguridad golpeen a corto y medio plazo al sector turístico". El turismo representa cerca del 6 por ciento del PIB de la UE y cerca de 12 millones de personas (el 6 por ciento de la población activa) trabajan directamente en el sector turístico, la mitad de ellos en el sector de la restauración y la hotelería. El 40 por ciento de la capacidad hotelera mundial se sitúa en los países miembros de la Unión. A la luz de la importancia de este sector, los ministros de la UE han solicitado a la Comisión que examine los efectos de los trágicos acontecimientos. En España se ha creado un grupo de trabajo especial para llevar a cabo el seguimiento de la situación. Por otra parte, los ministros de los Quince estudiaron la dimensión del turismo en otras políticas tales como la higiene alimentaria, la creación de un espacio aéreo común o la fiscalidad. A la luz de la falta de acuerdo entre los Estados miembros y de que la fiscalidad recae directamente en la competencia de los ministros de Economía y Finanzas, la presidencia se limitó a presentar a los ministros de Turismo un documento de reflexión. En dicho informe señala que los problemas de competencia en el mercado interior se basan, en su mayor parte, en la gran diversidad de tipos de IVA aplicables en los Estados miembros en el sector de la hostelería, la restauración y los transportes colectivos de viajeros, así como en la posibilidad de deducir el IVA en el sector de la hostelería y de la restauración. De los gastos relativos a la actividad turística, el transporte representa aproximadamente el 8 por ciento y la hostelería y la restauración suponen aproximadamente el 40 por ciento de los gastos vacacionales totales. "Por consiguiente, la amplia gama de tipos del IVA tiene importantes repercusiones para el consumidor", señala el documento analizado por los Quince. Por otra parte, también destaca que en lo que respecta a la posibilidad de deducir el IVA de las actividades de hostelería y restauración, la situación varía también considerablemente de un Estado miembros a otro. En algunos países de la UE los gastos de hotel y de restaurante no se clasifican como costes deducibles, mientras que en otros se puede deducir la totalidad del IVA de estos gastos. "Estas importantes diferencias en las actuales excepciones y restricciones relativas al derecho a deducir gastos ocasionan una distorsión de la competencia", insiste la presidencia sin ofrecer, no obstante, ninguna solución. Finalmente, los Quince destacaron la necesidad de hacer más accesible el turismo a determinados grupos como los jóvenes y los ancianos, las familias desfavorecidas, los solicitantes de empleo y los minusválidos.
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