El Consejo de Administración de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) ha adjudicado hoy Aerolíneas Argentinas a la sociedad Air Comet, participada por Air Plus y el grupo turístico Marsans.
El Consejo de Administración de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) ha adjudicado hoy Aerolíneas Argentinas a la sociedad Air Comet, participada por Air Plus y el grupo turístico Marsans.A la compra de la compañía aérea argentina aspiraban también el consorcio del ex presidente de Aerolíneas Juan Carlos Pellegrini, el grupo argentino Pescarmona y un fondo de inversión estadounidense. El presidente de la SEPI, Ignacio Ruiz Jarabo, firmará el acuerdo de compraventa esta tarde en la sede del grupo público y, posteriormente, hará una declaración institucional. La SEPI, que posee el 91,2 por ciento de Aerolíneas Argentinas, se había comprometido a elegir al futuro propietario de la compañía a finales de septiembre o, como tarde, a principios de octubre. La reunión del Consejo de Administración de la SEPI, de carácter ordinario, se iba a celebrar el pasado viernes, pero tuvo que aplazarse por motivos de agenda. La oferta del Grupo Marsans fue adelantada por primera vez el pasado 6 de julio, fecha en la que Air Plus Argentina mostró su interés en comprar Aerolíneas. El capital de Air Comet, la sociedad adjudicataria, está repartido entre Marsans, la aerolínea española Spanair y Air Plus. El grupo Marsans, propiedad de Gonzalo Pascual y Gerardo Díaz, dueños también del 51 por ciento de Spanair, factura unos 270.000 millones de pesetas anuales y emplea a 6.000 personas. Aerolíneas Argentinas, que arrastra una deuda de 800 millones de dólares (145.000 millones de pesetas), sólo ha obtenido beneficios un año -1997- desde su privatización en 1990. En julio de 1990, durante el mandato de Carlos Menem, un grupo liderado por Iberia, entonces empresa pública, se adjudicó el 85 por ciento de Aerolíneas que, posteriormente, se integró en la SEPI. El grupo público elaboró un plan de viabilidad, similar al aplicado en Iberia, para sacar de la crisis a la compañía argentina, pero se topó con la oposición del sindicato Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA). El rechazo de este sindicato al plan de viabilidad llevó al Consejo de Administración de Aerolíneas Argentinas a presentar suspensión de pagos (concurso preventivo de acreedores, según la denominación argentina) el pasado 21 de junio. A partir de ese momento, quince grupos empresariales mostraron su interés por la compañía argentina, aunque sólo siete concretaron sus oferta. El nuevo propietario de Aerolíneas Argentinas, Air Comet, es un consorcio propiedad de Gonzalo Pascual, Gerardo Díaz y Antonio Mata. Entre otras compañías cuentan con la totalidad de Viajes Marsans, uno de los mayores operadores de turismo español que factura 300.000 millones y cuenta con 8.600 trabajadores. Fue creada en 1910 en la rambla de Canaletas de Barcelona. posteriormente entró en crisis y fue nacionalizada hasta que la privatizó el gobierno socialista.
Air Comet también tiene el control accionarial de otras dos líneas aéreas, la española Spanair (51% del capital) y la argentina Air Plus (70% de las acciones). Spanair es la segunda aerolínea española con el 16% del mercado, 48 aviones, una plantilla de 2.812 personas y unos ingresos de 110.189 millones. Air Plus es una compañía de vuelos nacionales argentinos. Air Comet controlará el 92% de Aerolíneas Argentinas (el Estado argentino tiene el 5,4% y los empleados el 2,6%), y el 90% de Austral (el 10% está en manos de los empleados). Con ello se configura una amplia red comercial cuyo objetivo es canalizar turismo hacia Argentina y ganar cuota de mercado en el Cono Sur. Tiene prevista una ampliación de la flota en 23 aviones. Según la SEPI, ha sido el grupo que ha presentado el mejor plan de viabilidad de los cuatro que ha analizado Merril Lynch durante cuatro meses. "Ha sido la única que mantendrá la plantilla, que no pedía créditos y que asumía parte de la deuda." La operación no está exenta de riesgos, ya que asume una plantilla de 6.700 personas, muy sindicalizada y desmotivada, a lo que hay que sumar la crisis del sector aéreo. El elemento positivo es que nace sin deuda.
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