El presidente de Iberia, Xabier de Irala, afirmó ayer, durante su comparecencia ante la Comisión de Asuntos Iberoamericanos del Senado, que "habrá que vigilar muy de cerca" las ayudas públicas respectivas de los gobiernos belga y suizo a las aerolíneas Sabena y Swissair, que presentaron esta semana la suspensión de pagos.
El presidente de Iberia, Xabier de Irala, afirmó ayer, durante su comparecencia ante la Comisión de Asuntos Iberoamericanos del Senado, que "habrá que vigilar muy de cerca" las ayudas públicas respectivas de los gobiernos belga y suizo a las aerolíneas Sabena y Swissair, que presentaron esta semana la suspensión de pagos. "La Unión Europea debe decidir qué medidas adoptar para evitar que no exista discriminación entre las compañías aéreas de Estados Unidos y Europa y entre las de diferentes países europeos", aseguró. "Hoy en día las ayudas de los Estados son ilegales, por eso, las aerolíneas europeas no estamos pidiendo ayudas", añadió de Irala. Asimismo, el presidente de Iberia aseguró que las compañías aéreas europeas sólo solicitaron hace unas semanas que pudieran compensar los daños en caso de guerra ante la negativa de las aseguradoras de cubrir estos riegos en un plazo de siete días. De Irala destacó la respuesta "rápida y ágil" del Consejo de Ministros de Economía de la UE (Ecofin), al acordar cubrir los posibles daños bélicos causados a la aviación comercial. Por otro lado, el presidente de Iberia matizó que la posición de las aerolíneas europeas de no reclamar ayudas económicas directas a sus repectivos gobiernos no excluye la protección que debe prestar el Ejecutivo en caso de que se produzca un expediente de regulación de empleo, que será una "de las últimas medidas que tomará Iberia", insistió. Respecto a la posible subida de tasas aeroportuarias por parte de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena), indicó que "las compañías no pueden pedir al Gobierno que no suba las tasas aeroportuarias, como éste tampoco puede pedir a las compañías que no subamos las tarifas aéreas. Sin embargo, sí exigiremos que sea un coste proporcional al servicio que nos proporciona". Por otro lado, De Irala advirtió del riesgo de que compañías norteamericanas "subvencionadas" con ayudas públicas del Gobierno norteamericano, concedidas tras los atentados del pasado 11 de septiembre, puedan "venir a volar a Europa" alterando las reglas de la competencia. "Las ayudas estatales que vayan más allá de compensar los daños de guerra serían ilegales y romperían las reglas de la competencia", afirmó el presidente de Iberia, quien apuntó hacia la competencia desleal que se produciría en Europa si "compañías norteamericanas subvencionadas por su Gobierno y que están realizando rebajas de hasta el 50 por ciento, vinieran a volar a Europa". En este sentido, afirmó que las ayudas económicas del Gobierno de Estados Unidos a las aerolíneas nacionales y que podrían resultar "lógicas" por la situación que atraviesan, "deben ser analizadas con frialdad". El presidente de Iberia destacó que la posición estratégica de la aerolínea en los mercados español, europeo y latinoamericano, ha atenuado los efectos de la crisis aérea internacional en Iberia. No obstante, afirmó, "esperamos un descenso de la demanda, que nos ha obligado a reducir la capacidad y a poner en marcha un programa de reducción de costes", así como a prever un recorte de plantilla, cuyo alcance aún no ha sido determinado, precisó. De Irala resaltó que las aerolíneas aprendieron de la crisis derivada de la Guerra del Golfo, "en el que el sector aéreo perdió más dinero del que había ganado en toda su historia, que los costes deben poder ajustarse a los ciclos económicos para no incrementar desorbitadamente las pérdidas". Asimismo, argumentó que, por esta razón, Iberia ya ha tomado medidas para reducir un 10 por ciento su capacidad, que se suman al 9 por ciento previsto a causa de las huelgas de pilotos; retrasar la incorporación de 19 nuevos aviones a la flota; adelantar la devolución de los aviones de alquiler; eliminar las rutas que no sean rentables y revisar todos los gastos que no sean prioritarios, así como todos los contratos. "Por el momento, no tenemos problemas de tesorería pero debemos anticiparnos para tener mejor flexibilidad", afirmó. A través de este programa "sin precedentes", la compañía pretende hacerse con fondos que permitan hacer frente al descenso de la demanda. "El gran problema en esta ocasión, en comparación con la Guerra del Golfo, es la incertidumbre, porque ahora no sabemos cuándo, dónde ni cuál será la duración de una posible respuesta militar", indicó De Irala, quien añadió que en la medida en que la alianzas internacionales contra el terrorismo puedan "venirse abajo, el panorama será más pesimista". Finalmente, De Irala apuntó la intención de Iberia de reforzar su posición en Latinoamérica para seguir siendo la compañía "líder en vuelos entre Europa y el mercado latinoamericano con una diferencia superior a 4 puntos respecto a su principal competidor", lo que les obligará a impulsar su presencia en Estados Unidos y Europa. En este sentido, el presidente de Iberia se refirió a la competencia creciente en el mercado iberoamericano de compañías como Air France y otras norteamericanas. Por ello, apuntó que para seguir manteniendo su posición de liderazgo no debe "olvidarse que Estados Unidos también tiene un componente hispano creciente y que la compañía que aspira al liderazgo entre Europa y Latinoamérica no puede tener una presencia marginal en Estados Unidos". Asimismo, consideró que debe tenerse en cuenta que la red de conexiones con Latinoamérica no es sostenible únicamente con el mercado español, sino que hay que captar viajeros en el resto de Europa. "España representa sólo el 21 por ciento del tráfico entre Europa y Latinoamérica, sin una mejora permanente de la penetración de Iberia en el mercado europeo, el mantenimiento de nuestro liderazgo en Latinoamérica es difícilmente realista porque España no genera suficiente tráfico ni como emisor ni como receptor para mantenerlo", expuso. En este sentido, destacó las posibilidades de Iberia para ampliar su negocio en Latinoamérica, a través de la ampliación del aeropuerto Madrid-Barajas en 2004, porque permitirá aumentar las rutas de medio y largo radio; y a través de las alianzas estratégicas desarrolladas "con las tres mayores compañías aéreas (British Airways, Lufthansa y Air France), aunque no son descartables las fusiones en el futuro". De Irala ofreció datos sobre la importancia del negocio latinoamericano para su compañía y España, apuntando que Iberia obtuvo en 2000 unos beneficos de explotación superiores a los 200.000 millones de pesetas (1.202 millones de euros) de sus rutas a Latinoamérica. En ese mismo año se movieron entre Europa y Latinoamércia 14 millones de pasajeros, de los que 2,8 millones correspondieron a España, agregó. Iberia transportó 1,4 millones desde España y 1 millón desde Europa con conexión en Madrid. "Si Madrid perdiera el liderazgo como puerta de entrada de Latinoamérica en Europa, aumentaría el tráfico de conexiones España-Latinoamérica a través de otros aeropuertos de Europa, Estados Unidos y Latinoamérica; se perderían puestos de trabajo y valor añadido en nuestro país y dejaríamos de tener la plataforma de proyección que suponen los enlaces aéreos privilegiados con ese continente", concluyó.
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