El turismo español hacia Jordania ha descendido entre un 40 y un 50 por ciento tras los atentados del 11 de septiembre, por tal motivo y con el objetivo de rescatar los turistas que antes de olos atentados visitaban ese país, el Gobierno jordano, a través de su oficina de Turismo en España, con sede en Barcelona, ha iniciado una campaña en la que destaca el talante pacífico de sus habitantes y asegura que Jordania, pese a estar situado en Oriente Medio, es un país "tranquilo y seguro".
El turismo español hacia Jordania ha descendido entre un 40 y un 50 por ciento tras los atentados del 11 de septiembre, por tal motivo y con el objetivo de rescatar los turistas que antes de olos atentados visitaban ese país, el Gobierno jordano, a través de su oficina de Turismo en España, con sede en Barcelona, ha iniciado una campaña en la que destaca el talante pacífico de sus habitantes y asegura que Jordania, pese a estar situado en Oriente Medio, es un país "tranquilo y seguro". El director de la oficina de Turismo de Jordania en España, Pedro Oviedo, explicó a Europa Press que los ataques de Estados Unidos a Afganistán también han tenido consecuencias negativas en Jordania, donde "no hay un islamismo fuerte ni fanático, ni problemas con Israel, ni está involucrado en conflictos de Oriente Medio, sino que siempre ha sido un país mediador". Pese al "talante pacífico" de Jordania, el número de turistas se ha reducido a la mitad. En el caso de España, la mayoría de visitantes, más del 70 por ciento, proceden de Catalunya y de Madrid y, en menor grado, del País Vasco. El Gobierno jordano ha emitido un comunicado a profesionales del sector en España en el que asegura que "el Islam, como sucede con muchas otras religiones, no tiene el mismo impacto en todos los países que lo practican. Los jordanos asumen su fe religiosa con moderación y sin fanatismos". Según el documento, "Jordania es un país soberano e independiente que toma sus propias decisiones políticas y económicas en el área de Oriente Próximo. Tradicionalmente ha sido un país de paz y ha actuado como mediador y árbitro en muchos de los conflictos de la zona de Oriente Próximo". El texto también habla de los "récords de seguridad en el país" y de su "calma constante" y destaca que su producto turístico es "suficientemente atractivo por sí mismo, no depende de otros mercados ni de la situación política o social de esos mercados".
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