Las aerolíneas que operan en España, a través de sus patronales, denuncian la actitud del Ministerio de Fomento, "que lejos de ayudarnos tras los sucesos del 11 de septiembre, toma iniciativas que perjudican a las compañías". Mencionan como especialmente grave la posición adoptada por Francisco Álvarez-Cascos en asuntos como el incremento de los seguros tras los atentados o la subida prevista de las tasas aeroportuarias. El decreto sobre slots que el Gobierno aprobó el viernes, además, ha alarmado a Bruselas, que considera que puede contravenir la normativa comunitaria.
Las aerolíneas que operan en España, a través de sus patronales, denuncian la actitud del Ministerio de Fomento, "que lejos de ayudarnos tras los sucesos del 11 de septiembre, toma iniciativas que perjudican a las compañías". Mencionan como especialmente grave la posición adoptada por Francisco Álvarez-Cascos en asuntos como el incremento de los seguros tras los atentados o la subida prevista de las tasas aeroportuarias. El decreto sobre slots que el Gobierno aprobó el viernes, además, ha alarmado a Bruselas, que considera que puede contravenir la normativa comunitaria. Las 60 compañías que realizan vuelos en el espacio aéreo español están "cada día más indignadas" por la política que sigue el Ministerio de Fomento desde que el pasado 11 de septiembre se desató la grave crisis que ha desestabilizado el sector. A través de sus dos principales patronales, la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), que agrupa a las aerolíneas nacionales e internacionales, y la Asociación Española de Compañías Aéreas (AECA), que representa a las compañías privadas españolas con la excepción de Iberia, muestran su profundo malestar con el ministro Francisco Álvarez-Cascos, ya que, en su opinión, "lejos de ayudarnos en un momento en el que el sector vive una grave crisis, toma iniciativas que perjudican a las compañías". Ambas patronales consideran que "las principales decisiones que Álvarez-Cascos ha adoptado desde los atentados de Nueva York "gravan de forma importante los costes de operación e imponen un intervencionismo de Fomento absolutamente contrario al espíritu de la legislación que se promueve desde la Comisión Europea". En contraposición a la rígida posición adoptada por Fomento, las patronales destacan que sus iniciativas "reciben mejor acogida cuando las dirigimos al Ministerio de Economía" La ALA y la AECA coinciden en señalar que Álvarez-Cascos ha sido muy insensible en el tratamiento del problema de los incrementos de los seguros aéreos. Critican igualmente la inclusión en la Ley de Presupuestos del próximo ejercicio de un incrementos de un 2% en las tasas aeroportuarias y del 10% en el impuesto de aproximación. El tercer asunto que ha levantado importantes críticas es la aprobación el viernes pasado por el Consejo de Ministros de un real decreto que tiene como objetivo establecer sanciones a las compañías aéreas que hagan mal uso de los slots (turnos horarios establecidos para el despegue, vuelo y aterrizaje de los aviones). En este asunto las dos patronales mantienen posiciones divergentes. La ALA es extremadamente crítica con la iniciativa de Fomento, a la que acusa de intervenir en asuntos en los que no tiene competencia. AECA, por el contrario, prefiere no pronunciarse, ya que considera que cuando una compañía no utiliza un slot, otra empresa debe tener derecho a beneficiarse de él. En la Comisión Europea no tienen dudas y han recibido con el máximo recelo el decreto ley de Fomento. Apenas una semana le ha bastado a Álvarez-Cascos para convertir en papel mojado la petición de Bruselas de que interpretase con flexibilidad las normas sobre franjas horarias en los aeropuertos mientras dure la crisis mundial. El día 24 de octubre, la CE recomendaba a los "coordinadores" de los aeropuertos comunitarios que permitiesen a las líneas aéreas renunciar al uso de sus slots durante la campaña de invierno para recuperarlos al comienzo del verano. La comisaria europea de Transportes, Loyola de Palacio, incluía esta medida de gracia en su programa de apoyo al sector tras los atentados del 11 de septiembre. Y lo hacía por el camino legal, al invocar el artículo 10 del reglamento europeo, que garantiza a las líneas la conservación de los turnos de despegue y aterrizaje siempre que no los utilicen "por circunstancias imprevisibles e inevitables ajenas al control de la compañía". Ocho días después de aquella misiva, el 2 de noviembre, el Ejecutivo de José María Aznar, a propuesta de su ministro de Fomento, amenaza a las aerolíneas, vía real decreto aprobado con urgencia, con multas de hasta 15 millones de pesetas si no devuelven al fondo (pool) los turnos de vuelo de los que hayan prescindido en más de un 20% de ocasiones. De nada ha servido que la carta de la Comisión destacase que "la actual crisis ha subrayado la necesidad de una aplicación uniforme y coherente del reglamento en toda la comunidad [europea]". Quizá ese desprecio por el dictado comunitario se derive de que la carta en cuestión no iba dirigida al ministro, sino a los coordinadores de los diferentes aeropuertos europeos. Una figura cuya independencia se consagra en el artículo 4 del reglamento vigente desde 1993, pero que en España continúa integrada en la nómina de AENA, la propietaria de los aeropuertos que está controlada por el Ministerio de Fomento. Por ello, Álvarez-Cascos se ha convertido en "juez y parte" según denuncian las aerolíneas. (Antonio Ruiz del Árbol, Bernardo de Miguel, diario Cinco Días, 7/11/01)
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