Las entidades bancarias Fortis, KBC y Dexia confirmaron ayer su participación en el consorcio de inversores de la nueva compañía aérea belga que se creará tras la quiebra de Sabena y que estará basada en su filial regional DAT después de que el primer ministro belga, Guy Verhofstadt, solicitara el apoyo de los bancos y empresas belgas, según informaron a Europa Press fuentes de la compañía.
Las entidades bancarias Fortis, KBC y Dexia confirmaron ayer su participación en el consorcio de inversores de la nueva compañía aérea belga que se creará tras la quiebra de Sabena y que estará basada en su filial regional DAT después de que el primer ministro belga, Guy Verhofstadt, solicitara el apoyo de los bancos y empresas belgas, según informaron a Europa Press fuentes de la compañía. Por su parte, los medios financieros belgas han confirmado la participación del banco BBL y la posible participación de Tractebel (división de energia del Grupo tecnológico Suez)en el capital de esta aerolínea. "El Estado belga no participará de ninguna forma en esta nueva compañía", comentó el citado representante, quien señaló que del capital aportado, aproximadamente, 25.790 millones de pesetas (155 millones de euros) serán concedidos por 12 grandes empresas y entidades financieras, mientras que 7.487 millones de pesetas (45 millones de euros) serán aportados por tres sociedades de inversión regionales. En referencia al plano social, el portavoz de Sabena comentó que en la actualidad se están manteniendo reuniones entre el Ejecutivo y los sindicatos para ver de qué forma se puede evitar un recorte de plantilla. Por otra parte, el ministro belga de Empresas Públicas, Rik Daems, aseguró que el Gobierno belga y la compañía aérea Virgin Express se encuentran sumergidos "en conversaciones muy positivas" para determinar la participación de Virgin Express en el lanzamiento de la nueva compañía belga después de que Sabena se declarara en quiebra ayer por la noche. Por su lado, Virgin Express, sociedad de derecho belga controlada por el Grupo Virgin, de Richard Branson, manifestó que considera que el plan elaborado por la dirección de Sabena y por el Gobierno no era "operacional", aunque no descarta la posibilidad de llevar a cabo de nuevas negociaciones. La compañía Sabena, fundada en 1923, ha conseguido obtener escasos beneficios, por lo que ha intentado en varias ocasiones asociarse con socios extranjeros. En este sentido, Sabena intentó asociarse en 1987 con Scandinavian Airlines (SAS), sin éxito igual que ocurrio con la aerolínea holandesa KLM y British Airways en 1989, así como con Air France en 1992. Finalmente, Sabena abrió su capital en 1995 a Swissair y comenzó a obtener beneficios en 1998 por valor de 2.895 millones de pesetas (17,4 millones de euros), pero su situación finaciera se degradó rapidamente. El pasado 1 de octubre, la compañía suiza Swissair, en plena crisis, anunció que no podría recapitalizar a Sabena como había previsto y que no podría realizar un ampliación de capital por valor de 45.228 millones de pesetas (271,83 millones de euros). La compañía belga solicitó protección judicial el pasado día 5 de octubre antes de constatar su estado de quiebra ayer por la noche. Sabena estima que acumula una deuda de 332.772 millones de pesetas (2.000 millones de euros). Sabena perdió en 2000 un total de 49.520 millones de pesetas (296 millones de euros) para una cifra de negocios de 347.747 millones de pesetas (2.090 millones de euros). En el conjunto del Grupo la pérdida ha sido de 54.075 millones de pesetas (325 millones de euros) para una cifra de negocios de 399.326 millones de pesetas (2.400 millones de euros).
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