El sector turístico español comienza a olvidar, en Bolsa, el 11 de septiembre, lo que no deja de ser positivo ya que podría señalar que las consecuencias negativas de los atentados en esta rama en breve quedarán superadas.
El sector turístico español comienza a olvidar, en Bolsa, el 11 de septiembre, lo que no deja de ser positivo ya que podría señalar que las consecuencias negativas de los atentados en esta rama en breve quedarán superadas. Aún así, este pilar de la economía es, sin duda, el sector más afectado por los atentados del 11 de septiembre. De hecho, según recoge un informe de la Banca March, "la Asociación de Aerolíneas Europeas (AEA) el tráfico internacional de pasajeros cayó en octubre (primer mes completo desde los ataques terroristas) un 21,2%, mientras que la capacidad se redujo sólo un 7,8%. No obstante, la situación empieza a remitir, y en la última semana de noviembre el tráfico internacional de aerolíneas europeas se redujo un 15,9% (?12% en rutas europeas, ? 27% en rutas del Atlántico Norte y ?14% en rutas a Asia)". Cierto es, según el informe, que al impacto de los atentados se ha unido "el efecto de la crisis económica, manifiesta en una caída muy superior de los vuelos en primera clase (con tarifas que son 3 o 4 veces superiores a la media) respecto del resto. Por ejemplo, en Iberia el tráfico business llegó a caer un 26% durante la peor parte de la crisis frente a una caída del 9% del tráfico general. Los efectos no se han hecho esperar, y hemos visto ya anuncios de drásticas reestructuraciones de empleo (hasta 20.000 trabajadores, en el caso de las norteamericanas United Airways y American Airlines), declaraciones de quiebra (la belga Sabena el 7 de noviembre) y suspensiones de pagos (Swiss Air). En términos bursátiles los movimientos no han sido menos llamativos, llegando a registrarse pérdidas de valor de hasta el 50% en un día (caso de Continental Airlines el 17-septiembre, primer día de cotización tras los atentados) y caídas generalizadas de las cotizaciones que ha llevado a situaciones paradójicas, como el hecho de que la aerolínea irlandesa de vuelos económicos Ryanair, haya llegado a cotizar como la segunda línea europea por valor bursátil tras la alemana Lufthansa. Ryanair ha subido este año un 17% frente a caídas del 50% para el sector. La necesidad de reestructuración del sector era patente a nivel mundial y tanto los atentados como la crisis económica están brindando la ocasión propicia para efectuarla, siendo el caso de Iberia uno de los múltiples ejemplos. Las expectativas de fusiones en el sector son recurrentes e incluso apoyadas desde Bruselas, donde la comisaria de Transportes y Energía, Loyola de Palacio, ha declarado literalmente que las 15 compañías de bandera existentes no tienen cabida en función del tamaño del mercado. Las posibles asociaciones son muy diversas (¿KLM y British Airways?, ¿Alitalia y Air France??) siendo muy difícil vaticinar el resultado. Banca March reconoce que "el sector ha sobrerreaccionado a las malas noticias y, para el inversor que quiera tener presencia en él, aún presenta precios atractivos. Un ejemplo de clara infravaloración es IBERIA: a pesar de su recuperación desde mínimos (+55%), el valor bursátil atribuible al negocio aéreo, resultante de descontar su participación del 18% en Amadeus, siendo un negocio que ha sido capaz de generar en los últimos años beneficios de entre 120 y 300 millones de euros (por tanto, PER retrospectivo de entre 1,06 y 2,6 veces) y que previsiblemente volverá a registra beneficios en 2002. Además, es entre las grandes compañías la menos expuesta a la reducción del tráfico, representando EE.UU. sólo un 10% de sus vuelos (14% incluyendo Miami como escala para vuelos hacia Latinoamérica)". De hecho, durante este tiempo Iberia ha recuperado en Bolsa prácticamente la totalidad del terreno perdido. Si el 11 de septiembre cotizaba a 1,13 euros por acción, la semana pasada repetía ese nivel, aunque, a duras penas, lo conseguía mantener. Otro ejemplo relevante es que la compañía aérea de bajo coste, easyJet, está creciendo rápidamente "por lo que está ya negociando la entrega de nuevas aeronaves para los próximos años", según un comunicado. Aún así, más allá de Iberia, otros valores españoles, aunque han recuperado gran parte del terreno perdido tras el 11-S todavía arrastran alguna pérdida. Es el caso de la mallorquina Sol Meliá que si bien desde el 21 de septiembre, cuando marcaba un mínimo en 6,01 euros, hasta la semana pasada, se ha revalorizado cerca de un 40%, aún arrastra una pérdida de valor de casi un 4% desde la apertura del 11 de septiembre, aunque casi es insignificante. En el caso de su competidora, NH Hoteles, la recuperación es más evidente, ya que de perder casi un 30% días después del 11 de septiembre, ahora tan sólo retrocede respecto a la apertura de aquel día algo más de un 2%. Finalmente, Amadeus, la operadora de reservas de viajes, pierde todavía más de un 10% de su valor respecto a la apertura del 11 de septiembre, aunque lo llegó a hacer en un 50%. (L. G. F., diario El Mundo-El Día de Baleares, 15/01/02)
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