Los aeropuertos españoles podrían incorporar "a medio plazo" tecnologías biométricas de reconocimiento de voz, huellas dactilares, iris o rostro para identificar al personal que trabaja en el entorno aeroportuario, según informaron a Europa Press el teniente coronel jefe del Servicio de Costas y Fronteras de la Guardia Civil, Pedro Izquierdo Sánchez, y el jefe de Seguridad de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena), José Luis Romero.
Los aeropuertos españoles podrían incorporar "a medio plazo" tecnologías biométricas de reconocimiento de voz, huellas dactilares, iris o rostro para identificar al personal que trabaja en el entorno aeroportuario, según informaron a Europa Press el teniente coronel jefe del Servicio de Costas y Fronteras de la Guardia Civil, Pedro Izquierdo Sánchez, y el jefe de Seguridad de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena), José Luis Romero. La utilización de estas nuevas tecnologías, que ya se han instalado en algunos aeropuertos norteamericanos, aerolíneas o casinos, es una cuestión que "se está planteando" tras los atentados del pasado 11 de septiembre, el Ministerio del Interior y, en concreto, la Guardia Civil, al ser el cuerpo de las Fuerzas de Seguridad del Estado responsable de la seguridad en los aeropuertos. Entre estas nuevas tecnologías aplicables a los aeropuertos, se encuentran, también, los equipos de Rayos X de baja dosis, que presentan una radiografía del pasajero y que puede identificar los objetos que porta, y los sistemas de detección de explosivos en personas, que someten al viajero a una corriente de aire caliente capaz de desplazar partículas que pasan por un filtro que detecta partículas de explosivos. "En los próximos años vamos a ver cosas (en relación a la seguridad aeroportuaria) que nos van a sorprender y que nos ayudarán a mejorar la seguridad aeroportuaria y del transporte aéreo", afirmó el jefe de Seguridad de Aena. Si bien, estas nuevas tecnologías serían, en un primer plazo, aplicables sólo al personal que trabaja en los aeropuertos, ya que la utilización para el control de los pasajeros estaría supeditada a la creación de unas bases de datos compartidas por las entidades aeroportuarias de todo el mundo, que almacenarían las descripciones y datos precisos de las personas peligrosas, "algo aún impensable", resaltó. Actualmente, los procedimientos "por el momento suficientes" de seguridad aeroporturia en España se basan en la inspección de los pasajeros (paso por detector de metales o registro aleatorio), del equipajes de mano (rayos X y registro aleatorio) y del equipaje facturado, que se someten a tres niveles de control, según el grado de sospecha. El 70 por ciento del equipaje facturado sólo se somete al primer nivel de control por Rayos X (equipos PDS), suficiente para eliminar cualquier duda de peligrosidad. El 30 por ciento restante pasa por un segundo análisis por parte de un agente del aeropuerto, que suele superar el 25 por ciento de estos equipajes. El 5 por ciento, que aún está bajo sospecha, pasa a un nivel tres de control a través de equipos EDS de detección de explosivos, que normalmente suele dejar libre de toda sospecha al 4 por ciento de estas maletas. El 1 por ciento aún restante, que ha pasado por todos los niveles de control y que sigue presentando indicios de contener un explosivo, es retirado de la cinta transportadora y se exige al propietario que abra su maleta. "Sólo en cinco casos de cada 1.000 resulta ser un explosivo", concluyó Romero.
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