Expertos de la OMT consideran que el 11-S obliga al sector turístico a revisar las condiciones de seguridad para ser competentes

Los atentados del 11 de septiembre han provocado que las compañías turísticas se hayan visto obligadas a revisar las condiciones de protección para aumentar la competitividad en el mercado internacional, según apuntó el profesor del Departamento de Hospitalidad y Gestión Turística del Instituto Politécnico y la Universidad Estatal de Virginia, Michael D. Olsen, durante la celebración del II Curso sobre Gestión de Crisis y Riesgos en Turismo, organizado por la Organización Mundial del Turismo (OMT) en la Feria Internacional de Turismo FITUR 2002, que se clausuró ayer en Madrid. Durante su ponencia, "Evaluación y valoración de las inversiones en materia de crisis y riesgos", el profesor Olsen explicó que es de "vital importancia" la seguridad como garantía de éxito de un destino turístico recalcando que la inversión de los gestores del sector debe incidir tanto en el material como en la formación del personal. "Hay que limitar el riesgo y acrecentar el valor añadido de las zonas de recepción de visitantes para aumentar la confianza del mismo", añadió. El conferenciante planteó la necesidad de que los sectores público y privado lleven a cabo planes conjuntos para mejorar las infraestructuras sanitarias y de seguridad. "La evaluación de las necesidades de cada zona es imprescindible para mejorar el clima de los negocios", indicó Olsen, quien añadió que "la seguridad de la clientela es la mejor garantía de éxito en la coyuntura internacional del momento". Por su parte, el responsable de la compañía Noski Consulting, Iñaki Garmendia, comentó en su ponencia "Política turística en situaciones de crisis y riesgos" que el proceso comunicativo en épocas conflictivas y de incertidumbre para el turismo "es muy relevante". "La comunicación es indispensable, debemos transmitir las bondades del producto, además la pérdida de reputación del destino sólo es recuperable con una política informativa transparente y con la transmisión de los valores positivos de la zona", agregó. Por último, Garmendia resaltó que "el turismo es sensible al entorno y como tal no puede dar la espalda a su enclave geográfico. Una política social, económica y medioambiental sostenible harán del destino un lugar armonioso y perdurable en el tiempo".