El consejero de Turismo de Baleares admite que parte del bajón de reservas en las Islas es por dar mala imagen

El consejero de Turismo de Baleares, Celestí Alomar, admitió ayer que «si hubiésemos sido capaces de comunicar una mejor imagen en el exterior, tal vez no habrían caído tanto las reservas turísticas» hacia Baleares, especialmente en el mercado alemán, donde el bajón es más considerable. Alomar, que ofreció ayer por la tarde una conferencia en el Teatro Municipal de Capdepera, en Mallorca, argumentó en clara alusión a la ecotasa -aunque no pronunció el nombre del impuesto-, que «desde el punto de vista de la sociedad, nuestro líder es el sector hotelero, y como líder debe ser contundente, pero, a la vez, generoso y este es el debate que tenemos ahora». No obstante, el consejero recordó que hace tres años se había previsto que las reservas hacia Baleares en Alemania irían cayendo progresivamente en los años sucesivos alrededor de un 12% «aunque hoy estas previsiones hemos visto que eran optimistas», por diversos factores que no eran las diferencias entre el Gobierno autonómico y los hoteleros por la ecotasa. Alomar achacó el descenso también a «la problemática del agua, la energía y la huelga de los transportistas, que han tenido mucha repercusión en Alemania». Asimismo puso de manifiesto que en los últimos seis años Alemania está estancada en 62 millones de salidas «y los destinos competidores de Baleares son más fuertes». Respecto al mercado Británico auguró «que tras las reservas de estas últimas semanas, estará más o menos igual que la temporada pasada». Medio centenar de personas acudieron al Teatro Municipal para escuchar al consejero de Turismo, quien repasó los aspectos más relevantes de estos dos últimos años y expuso el camino a seguir que «no pasa por negar el turismo de masas, porque nuestra industria es el turismo vacacional, pero hay que analizar el crecimiento que han tenido nuestras zonas turísticas, dejar lo que está bien, cambiar cosas y añadir lo que haga falta, pero sin consumir territorio». En este sentido, Alomar indicó que «este crecimiento, pero sin consumo de territorio, hacia un modelo sostenible, será el objeto de debate de los próximos años». Celestí remarcó que ni unos, en referencia a los hoteleros, «son tan desarrollistas», ni otros «son tan proteccionistas», y alegó que los espacios que son preservados deben tener un uso específico para contribuir al desarrollo turístico. En todo momento, Alomar se refirió a la necesidad de potenciar la oferta complementaria para dar «un valor añadido a los visitantes de Baleares» y realizar una gestión con cuatro ejes concretos. En primer lugar destacó la necesidad de «mejorar la calidad medioambiental». En segundo orden expuso «mejorar las relaciones entre la industria turística y la población para que la sensación sea que los beneficios no son sólo económicos sino sociales». En tercer lugar argumentó que «se debía producir un mejor servicio de la Administración hacia la actividad turística para que amplíe objetivos», y por último a la relación «entre la oferta y la demanda, que debe ser de calidad». El valor añadido a la oferta vacacional debe ser un factor primordial, añadió Alomar, «porque los destinos que no tienen identidad propia únicamente se acaban vendiendo por su precio». (G. Pico, diario El Mundo-El Día de Baleares, 13/02/02)