Pintan bastos para la temporada de verano en Baleares. La cúpula de la Federación de Turoperadores Europeos, la IFTO, encabezada por su presidente y su secretario, Martin Brackenbury, y Alan Flook, respectivamente, confirmaron ayer a la junta de la Federación Hotelera de Mallorca, «las peores cifras de reservas de los últimos 20 años para Baleares».
Pintan bastos para la temporada de verano en Baleares. La cúpula de la Federación de Turoperadores Europeos, la IFTO, encabezada por su presidente y su secretario, Martin Brackenbury, y Alan Flook, respectivamente, confirmaron ayer a la junta de la Federación Hotelera de Mallorca, «las peores cifras de reservas de los últimos 20 años para Baleares». Según explicó la vicepresidenta segunda de la patronal hotelera, Sebastiana Moranta, «la situación del mercado es bastante crítica, con un descalabro del orden de un 28% en el mercado británico y de un 40% en el alemán, a fecha de finales de enero». Estas cifras han roto los augurios de que Baleares, por ahora, se esté erigiendo en el destino refugio del Mediterráneo, después de la incertidumbre del 11-S. Tanto Sebastiana Moranta, como el líder de los hoteleros, Pedro Cañellas, avanzaron que «la ITFO había confirmado subidas espectaculares en destinos como Bulgaria con un 112%, y descensos en Canarias (-31%) o la Península (-25%)». Además, las mayoristas europeas trasmitieron que «casi la mitad de los turistas han decidido dejar hasta última hora su compra de paquetes turísticos y que un 23% de los potenciales visitantes ingleses han decidido cancelar sus vacaciones debido a la delicada situación económica de sus países». En concreto, las noticias que llegaban ayer de Alemania tampoco eran optimistas, al confirmarse que la economía alemana entra en recesión al bajar un 0,3% en el cuarto trimestre de 2001. Por otro lado, Martin Brackenbury advirtió del caos que «producirá la aplicación de la ecotasa en sus sistemas operativos y así se lo hicieron llegar al Gobierno balear». A juicio del vicepresidente de la Federación Hotelera, Ignasi Esteve, «los turoperadores están preocupados por la avalancha de reclamaciones que se pueden suceder tras la puesta en marcha del impuesto turístico, ya que la normativa europea es clara y restrictiva». Para el máximo responsable de IFTO, «los folletos ya están en la calle, los contratos para esta temporada ya están efectuados y nos podemos encontrar con demandas de turistas a las agencias de viajes, ya que los precios tienen que reflejar cualquier modificación». Asimismo, se puso de manifiesto «el daño de imagen en el exterior que se está haciendo», lamentó Esteve. En cambio, en la Consejería de Turismo se respiran aires bien distintos. Celestí Alomar aseguró ayer que las previsiones «más negativas» del Gobierno balear sitúan entre un 1 y un 2% la caída de la afluencia de turistas a Baleares a final de este año, aunque los ingresos turísticos crecerán un 1%. Insistió en que, según análisis propios e informes externos, la caída de visitantes alemanes se situará a finales del año «como mucho» en un 5% respecto a 2001. Sobre las reservas para verano, en estos momentos las británicas se sitúan 10 puntos por debajo en comparación a febrero de 2001 y las alemanas son un 15% inferior. A este baile de cifras, hay que sumar las reducciones de los paquetes turísticos que han acometido los grupos británicos y los recortes de programaciones y devoluciones de «slots» de turoperadores germanos. Un panorama que «puede dejar a Baleares sin un billete de ida y vuelta» ante tiempos de bonanza. (Cheska Díaz, diario El Mundo-El Día de Baleares, 28/02/02)
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