El agroturismo tampoco se está salvando del chaparrón de la crisis, aunque los resultados, en los primeros balances apuntan a que «saldrán mejor parados que el resto de establecimientos hoteleros».
El agroturismo tampoco se está salvando del chaparrón de la crisis, aunque los resultados, en los primeros balances apuntan a que «saldrán mejor parados que el resto de establecimientos hoteleros». Para la Asociación de Agroturismo de Baleares, que preside Ventura Rubí, y que agrupa a 110 establecimientos, «la temporada que se avecina se presenta floja. Podríamos asegurar que las primeras estimaciones señalan a que acabaremos la temporada con ocupaciones que podrían estar por debajo del 15%». No obstante, alerta de que «las reservas de último minuto podrían corregir al alza estas cifras tan negativas», puntualizó Ventura Rubí. En este sentido, coincide José Erias, el responsable del colectivo de hoteles asociado a la Pimem (que integra a 18 establecimientos), quien defiende que «Mallorca será la gran beneficiada de las ventas de último minuto». «Es cierto que el invierno se ha comportado de forma muy negativa. La incertidumbre originada tras los atentados del 11 de septiembre y la recesión en la que ha entrado Alemania son dos parámetros que va a retrasar al máximo la compra de los paquetes turísticos», apostilla Erias, quien confía en que «al final la temporada no llegará a cerrarse por encima de un 10% menos, en comparación con la anterior». El número de establecimientos rurales se ha consolidado en el Archipiélago balear durante el último ejercicio, al contabilizarse casi 140 establecimientos de este tipo, según datos facilitados por las dos asociaciones baleares. Este tipo de infraestructuras se ha puesto de moda experimentando un crecimiento espectacular en los últimos cinco años, con incrementos notables en el número de plazas, al contabilizarse más de 1.700.
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