El anuncio hecho por el consejero de Economía del Gobierno catalán, Francesc Homs, de que las zonas del litoral de las comarcas de Girona y de Cataluña tienen que aprovechar la oportunidad para convertirse en lugares de segunda residencia para los ciudadanos del centro y norte de Europa que buscan un sitio en donde poder pasar unos pocos días de vacaciones o descanso, ha provocado alarma y preocupación en el sector turístico de Girona. Los hoteleros lamentan que el Gobierno "no tenga una política turística clara, unificada y definida" y temen que detrás de esas propuestas puedan esconderse "motivos especulativos" o intentos de "mantener los niveles de actividad de otros sectores, como el de la construcción, que parecen entrar en recesión".
El anuncio hecho por el consejero de Economía del Gobierno catalán, Francesc Homs, de que las zonas del litoral de las comarcas de Girona y de Cataluña tienen que aprovechar la oportunidad para convertirse en lugares de segunda residencia para los ciudadanos del centro y norte de Europa que buscan un sitio en donde poder pasar unos pocos días de vacaciones o descanso, ha provocado alarma y preocupación en el sector turístico de Girona. Los hoteleros lamentan que el Gobierno "no tenga una política turística clara, unificada y definida" y temen que detrás de esas propuestas puedan esconderse "motivos especulativos" o intentos de "mantener los niveles de actividad de otros sectores, como el de la construcción, que parecen entrar en recesión". Para el presidente de la Federación de Hostelería de las comarcas de Girona, Pere Reixach, si fuera así se estaría "desaprovechando la oportunidad de rentabilizar al máximo toda la estructura que ya existe" a la vez que se pondría en peligro "las pocas zonas protegidas que aun quedan en estas comarcas". Para Pere Reixach, "Andorra sólo hay una", y lo que según él no se puede hacer es "hablar de sostenibilidad o de modelos de los que se debe huir y luego hacer lo que se está haciendo en la Cerdanya, especular y dejar construir sin límites".El presidente de los hoteleros de Girona se quejó de que "no sería correcto intentar aumentar la oferta cuando los niveles de ocupación no son, ni de lejos, los ideales". Otra cosa sería, afirmó Reixach, "trabajar en mejorar la oferta ya existente, rehabilitar y reformar viviendas o zonas urbanas". De la misma opinión es el gerente del grupo hotelero de la Costa Brava Blau-Verd Hotels, Martí Sabrià, que teme que "como se está agotando el mercado de catalanes que compran su segunda residencia en la Costa Brava y hemos hecho un modelo de destino turístico menos basado en la actividad turística, hotelera y de ocio propiamente dicha, ahora sólo sea más de lo mismo". Sabrià considera que de esa manera sólo se propician "los planes urbanísticos expansivos", a la vez que "se lanza una invitación a los constructores para que no paren, pues si los de aquí ya tienen casa en la Costa Brava, ahora vendrán los de Bruselas a comprarlas". Para Martí Sabrià, lo que debería hacerse es diseñar políticas que permitan la ocupación de esas residencias el mayor tiempo posible y lograr que "los europeos que vengan se instalen en su primera residencia". Para él, no es posible hablar de "alto standing o turismo de calidad y masificación". (Diario La Vanguardia, 19/03/02)
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