La compañía aérea española de bandera pisa a fondo el acelerador para ganar peso y capacidad de decisión en la alianza One World y reforzar su alianza operativa con British Airways. La reciente decisión de las autoridades de EE UU de negar la inmunidad antimonopolio a sus aliados British y American ha sido considerada por la dirección de Iberia como una oportunidad para doblar su peso internacional, aprovechando el momento dulce que vive la empresa española en comparación con sus competidoras.
La compañía aérea española de bandera pisa a fondo el acelerador para ganar peso y capacidad de decisión en la alianza One World y reforzar su alianza operativa con British Airways. La reciente decisión de las autoridades de EE UU de negar la inmunidad antimonopolio a sus aliados British y American ha sido considerada por la dirección de Iberia como una oportunidad para doblar su peso internacional, aprovechando el momento dulce que vive la empresa española en comparación con sus competidoras.El equipo que dirige Xabier de Irala da la máxima prioridad a las relaciones con British. Esta compañía cuenta con un 9% en el capital de Iberia y ha dado pruebas de recuperación tras superar en 2001 uno de los peores años de su historia. Iberia y British ultiman la elaboración de la documentación necesaria para solicitar ante las autoridades antimonopolio de la Unión Europea la inmunidad necesaria para poder estrechar sus relaciones en aquellos mercados en los que la suma de ambas puede conformar una posición de dominio contraria a la competencia. Esta circunstancia podría darse en las rutas entre los principales aeropuertos españoles y del Reino Unido, en especial entre Madrid y Londres. Fuentes cercanas a la compañía española han explicado que Iberia y British tienen planes para fusionar alguna de sus organizaciones internacionales en aquellas rutas donde la colaboración es más necesaria. La idea sería consolidar ingresos y gastos (pool de ingresos y gastos) en una única estructura conjunta constituida en cada zona. El reparto se realizaría por compensación. Las direcciones de ambas compañías son conscientes de que este alto grado de colaboración sólo podrá ponerse en marcha si la Unión Europea les concede la inmunidad. No obstante, mientras Bruselas recibe la petición y adopta una decisión, Iberia y British estudian comenzar a volar con códigos compartidos (una compañía pone el avión, pero son ambas las que venden billetes, cada una con sus códigos) en el plazo más breve posible entre Londres y Madrid y en algunas rutas latinoamericanas. Las fuentes de Iberia citadas consideran que 'Bruselas no exige autorización previa para este tipo de colaboración'. Como se recordará, ambas empresas ya operan en régimen de códigos compartidos en algunos destinos tales como Bermudas, Bangkok y en varios aeropuertos secundarios en Reino Unido (Birmingham, Edimburgo, Newcastle) y España (Jerez, Palma de Mallorca o Las Palmas). Por otra parte, la compañía aérea española mantiene abiertas las negociaciones con el Gobierno del Estado de Florida, en EE UU, para buscar una solución al grave problema creado en el aeropuerto de Miami por los controles de seguridad impuestos tras los atentados del 11 de septiembre. El exceso de burocracia ha elevado de una hora a tres el tiempo de escala en el citado aeropuerto para los vuelos que unen España y Centroamérica. En caso de que estas negociaciones no prosperen, Iberia estudia la posibilidad de trasladar a Santo Domingo su centro de distribución de pasajeros. Como alternativa, analiza la posibilidad de hacer vuelos directos Madrid-Guatemala y Madrid-San José con extensiones hacia otras capitales: San Salvador, Managua, Panamá o San Pedro de Sula. Esta solución obligaría a incorporar dos nuevos aviones Airbus 340. Cualquier decisión, no obstante, se aplazará hasta que finalice la temporada alta. (A.R.A., diario Cinco Días, 17/04/02)
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