El Hotelero español Miguel Fluxá del grupo Iberostar, y Marino Ginebra del Grand Paradise Bávaro, aprovecharon su encuentro con el presidente de la república, Hipólito Mejía, para expresarle la preocupación del sector empresarial sobre la creciente arrabalización de la zona.
El Hotelero español Miguel Fluxá del grupo Iberostar, y Marino Ginebra del Grand Paradise Bávaro, aprovecharon su encuentro con el presidente de la república, Hipólito Mejía, para expresarle la preocupación del sector empresarial sobre la creciente arrabalización de la zona. La presencia masiva de haitianos que son contratados para realizar trabajos de albañilería ha provocado que en muchas zonas colindantes a los complejos turísticos se están asentando pequeños núcleos habitados sin ningún tipo de infraestructuras ni control. Esta situación, ha propiciado la destrucción de los recursos naturales, concentración de basuras, y estancamiento de las obras viales previstas en esta zona. Varios hoteleros consultados sobre el tema, sostienen que los efectos de la arrabalización son letales para el sector, además de la falta de carreteras en la zona, especialmente la que uniría Punta Cana con Nisibón y otra autovía que conectaría los hoteles con el aeropuerto internacional de Punta Cana. A los efectos de la arrabalización denunciada en la zona, también se agregan la falta de una política para la recolección de basura y desperdicios sólidos, que ha sido medianamente tratada por dos empresas españolas, pero que no aporta solución a la necesidad de este servicio hacia todos los hoteles. Los vendedores ambulantes, la prostitución en las afueras de los hoteles y las zonas no controladas, también tienen negativa incidencia en la zona que se podría ver afectada para captar turistas de cierto nivel. La concentración en núcleos habitados de los que luego se dedican a la venta ambulante no regularizada, está provocando una imagen contraria a la deseada por los turistas, afirman los hoteleros, quienes desean mayor control policial y una política decidida para regular la venta de souvenirs. Los propios comerciantes ya establecidos se quejan de los abusos de los irregulares que intentan a toda costa vender sus productos a unos precios muy abusivos, engañando a los turistas. La situación ha provocado, según los comerciantes, que los turistas ya no se fían de nadie, no compran. Los efectos de la arrabalización provocan que algunos turistas consultados expresen su deseo de no volver a visitar la República Dominicana, ya que han sido molestados, asaltados u objeto de engaños por vendedores ambulantes, en una tendencia que pone en entredicho el turismo del país y sobre la que el sector privado busca reducir y eliminar para fortalecer la seguridad que se oferta. El sector privado también ha realizado propuestas en la zona de Bávaro, Punta Cana y Bayahíbe para que se aumente la vigilancia policial, de modo que pueda existir una mayor seguridad. Si bien las ventas de objetos artesanales, que van desde cuadros, músicas, piedras, joyas y "souvernir" son del interés de los turistas que visitan el país, la forma cómo algunos vendedores no organizados los ofertan, muestra un perfil que afecta la imagen del turismo criollo. Algunas acciones desaprensivas, calificadas como "abusivas" han sido reducidas debido a la conciencia que se ha logrado entre los propios sectores involucrados, quienes dependen indirectamente del mismo, como vendedores, taxistas, artesanos, pintores, masajistas y quienes hacen trenzas a los turistas. (HOSTELTUR)
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