El presidente de Trasmediterránea, Miguel Ángel Fernández Villamandos, declaró ayer que la subvaloración de la compañía por parte de algunos interesados en comprar la naviera pública, que han ofrecido hasta 240 millones de euros frente a la valoración en Bolsa de 480 millones de euros, puede ser una "estrategia para pagar menos".
El presidente de Trasmediterránea, Miguel Ángel Fernández Villamandos, declaró ayer que la subvaloración de la compañía por parte de algunos interesados en comprar la naviera pública, que han ofrecido hasta 240 millones de euros frente a la valoración en Bolsa de 480 millones de euros, puede ser una "estrategia para pagar menos". Fernández Villamandos declaró que las opiniones expresadas últimamente sobre que la compañía cuenta con una situación financiera peor a lo esperado, no se corresponden con los "datos objetivos" y con las cifras de resultados de 2001, que mejoraron un 67 por ciento hasta los 20,32 millones de euros (3.381 millones de pesetas). "No tengo por qué imaginarme la estrategia de algunos compradores. Sólo puedo decir que es falso que los resultados de 2001 se deban a partidas que no sean recurrentes. No existe en 2001 una partida extraordinaria importante", agregó Villamandos, quien hizo hincapié en que en los últimos cuatro años en los que la naviera ha competido en un entorno de cabotaje liberalizado ha demostrado su eficiencia. Respecto al precio de la naviera, dijo que será aquél que estén dispuestos a pagar los compradores y reiteró que, normalmente, el precio en el mercado de las compañías que cotizan en el Ibex 35 es hasta 2,5 veces superior al reflejado en libros. El presidente de Trasmediterránea rehusó hacer ningún comentario sobre los interesados en comprar la naviera, sin embargo, indicó que el mejor postor sería aquél que sea capaz de consolidar la actividad y además planear una expansión en rutas y en actividades relacionadas con el transporte marítimo. Para Fernández Villamandos, no es importante si la empresa compradora es española o extranjera, sino que insistió en que lo importante es que el accionista que sustituya a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) reconozca el trabajo realizado hasta el momento por el equipo actual de la compañía y defina un proyecto de crecimiento para la naviera. En este sentido, indicó que la continuidad en la Presidencia de Trasmediterránea dependerá de si cuenta con la confianza del próximo propietario, aunque expresó su disposición a mantenerse al frente de la compañía si se lo pidieran y si el plan presentado por el nuevo dueño es adecuado. "Si no, nos jubilaremos y nos iremos a casa", añadió. Sobre el balance de la actividad de Trasmediterránea en 2001, que fue evaluado ayer por el consejo de administración, Villamandos añadió que la compañía obtuvo un EBITDA (beneficio antes de amortizaciones, depreciaciones e impuestos) de 56,52 millones de pesetas en 2001, un 200,1 por ciento más; mientras que los ingresos ascendieron a 328,95 millones de euros, un 17,7 por ciento más, debido al mayor esfuerzo promocional. Además, destacó que la compañía registró una mejora de ingresos en todas las líneas y mejoró la eficiencia debido a la incorporación de cuatro nuevos buques: los superferries Sorolla y Fortuny en la línea Barcelona-Palma; el catamarán Alborán en la línea Algeciras-Ceuta y el super fast Levante en la ruta Cádiz-Canarias. En 2002, Trasmediterránea ha incorporado a su flota el ropax Murillo en la línea Valencia-Palma de Mallorca y ha sustituido los dos barcos que cubrían la línea canaria Los Cristianos-La Gomera-El Hierro por el buque Isla de la Gomera. Para los meses de verano, incorporará el fast ferry Alcántara a las líneas con Melilla, tal y como prescribe el contrato de rutas de interés público firmado con el Estado. La compañía ha invertido en los últimos años unos 300 millones de euros en la renovación de flota y nuevas estaciones marítimas. Actualmente cuenta con 25 buques, de los que seis son embarcaciones de alta velocidad, seis son buques de transporte de carga rodada y 13 buques son para transporte de pasajeros y carga. Para este año, la naviera espera mejorar los resultados un 20 por ciento y los ingresos de explotación un 5 por ciento, debido a la mejora de la flota que ha proporcionado mayor eficiencia y confortabilidad. La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), propietaria del 95,24 por ciento de Trasmediterránea, inició el proceso de privatización de la compañía el pasado mes de marzo con la elaboración del Cuaderno Confidencial de Venta, asesorado por el Santander Central Hispano Investment. La SEPI ha recibido 10 ofertas de compra no vinculantes, mientras que las ofertas vinculantes deberán presentarse antes del día 10 de junio.
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