El verano se acerca y los hoteleros empiezan a comerse las uñas. A poco más de un mes del inicio de la temporada de verano no está nada claro que el bajo nivel de reservas que campea ahora mismo por los ordenadores de los establecimientos de la Costa del Sol sea sólo una consecuencia de la nueva tendencia a contratar los viajes a última hora. Las estadísticas de ocupación del mes pasado, difundidas ayer por el INE, sugieren que la llegada de viajeros puede haber comenzado a dibujar una curva descendente.
El verano se acerca y los hoteleros empiezan a comerse las uñas. A poco más de un mes del inicio de la temporada de verano no está nada claro que el bajo nivel de reservas que campea ahora mismo por los ordenadores de los establecimientos de la Costa del Sol sea sólo una consecuencia de la nueva tendencia a contratar los viajes a última hora. Las estadísticas de ocupación del mes pasado, difundidas ayer por el INE, sugieren que la llegada de viajeros puede haber comenzado a dibujar una curva descendente. Durante el mes pasado llegaron a la provincia de Málaga 319.368 viajeros que generaron 1.270.051 pernoctaciones. Esto ha supuesto un descenso del 7,1 por ciento en la cantidad e pasajeros y del 6,6 por ciento en el número de noches. Esta bajada se explica en parte por el efecto de la Semana Santa, que el año pasado cayó en el mes de abril mientras que en esta tocó en marzo. Pero esta circunstancia sólo es un atenuante parcial: el mercado de turistas extranjeros, a quienes las fechas de la Semana Santa no afecta en su mayoría, tuvo un descenso tanto en el número de pasajeros (poco más de 4.000), como de pernoctaciones (casi 10.000). No fue, sin embargo, una bajada tan importante como la que experimentó el turismo nacional, que perdió 20.000 pasajeros y 100.000 pernoctaciones. El turismo español tuvo bajadas moderadas en los hoteles de cuatro y cinco estrellas, pero se hundió en los de tres, donde perdió 13.000 viajeros y 55.000 pernoctaciones, según los datos suministrados ayer por el Ine. Los tres estrellas, sin embargo, resistieron en el mercado extranjero, donde recuperaron más de 40.000 pernoctaciones. Esta circunstancia, sumada a la pérdida de plazas por los establecimientos que dieron el salto a la categoría superior, permitieron presentar una leve subida en la media de ocupación. No alcanza esto para que los hoteleros dejen de mirar con inquietud la llegada del verano. Las expectativas de ocupación a dos meses se encuentran al 23,54 por ciento, cuatro puntos por debajo de donde se encontraban el año pasado, mientras que a tres meses están en el 15,98 , tres menos en el año anterior. El único dato positivo que ha aportado el mes de abril ha sido el del empleo. Pese a los datos negativos el sector hotelero tuvo durante el mes pasado un total de 11.953 personas empleadas, 482 más de las que había en el mismo mes del año anterior. (H.B., diario Sur, 15/05/02)
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