La cadena catalana Best Hoteles, propietaria del hotel Tritón y el Siroco de Benalmádena, cerró la pasada semana la operación de compra del futuro hotel que la familia Aguirre (propietaria del emblemático Alay) estaba construyendo en Benalmádena, según han confirmado a La Opinión de Málaga fuentes de la central hotelera. Con esta adquisición, la cadena afrontará la explotación de la tercera instalación turística en la Costa del Sol (las tres están emplazadas en Benalmádena) y pasará a gestionar más de 2.000 camas en este municipio costero.
La cadena catalana Best Hoteles, propietaria del hotel Tritón y el Siroco de Benalmádena, cerró la pasada semana la operación de compra del futuro hotel que la familia Aguirre (propietaria del emblemático Alay) estaba construyendo en Benalmádena, según han confirmado a La Opinión de Málaga fuentes de la central hotelera. Con esta adquisición, la cadena afrontará la explotación de la tercera instalación turística en la Costa del Sol (las tres están emplazadas en Benalmádena) y pasará a gestionar más de 2.000 camas en este municipio costero. Ahora, la cadena catalana concluirá la construcción del edificio y se hará cargo de su posterior explotación. El hotel, que generará más de un centenar de puestos de trabajo, tendrá una calificación de cuatro estrellas superior y abrirá sus puertas la próxima primavera, según han confirmado fuentes de Best Hoteles. El proyecto de la instalación turística, ubicada entre los hoteles Torrequebrada y Sunset Beach, cuenta con una parcela a pie de playa de 5.700 metros cuadrados, mientras que el edificio (del que ya se ha completado el esqueleto de obra) tiene una superficie de 12.700 metros cuadrados y capacidad para 225 habitaciones. Además, el diseño contempla la construcción de piscinas y salones para la celebración de congresos. El presupuesto para la construcción del hotel podría ascender a más de 10 millones de euros, que restan para terminar la obra y la posterior explotación del edificio. Después de un parón de más de tres meses en los trabajos de construcción, la familia Aguirre optó por la venta de la estructura, a pesar de que este proyecto suponía un antiguo reto comercial de los propietarios del hotel Alay desde hacía décadas. "Estoy feliz porque puedo hacer realidad un proyecto que se gestó en 1972, pero que con la crisis del petróleo no pudo ejecutarse", explicó Fermín Aguirre hace dos años, cuando presentó la iniciativa en el Ayuntamiento de Benalmádena. (R. T., diario La Opinión de Málaga, 17/06/02)
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