«El turismo ni es una pérdida de identidad ni arrebata la tranquilidad», afirma Miguel Amengual, presidente de la Asociación de Cadenas Hoteleras, en entrevista que publica en su edición de hoy el diario El Mundo-El Día de Baleares.
«El turismo ni es una pérdida de identidad ni arrebata la tranquilidad», afirma Miguel Amengual, presidente de la Asociación de Cadenas Hoteleras, en entrevista que publica en su edición de hoy el diario El Mundo-El Día de Baleares.Miguel Amengual ha cogido el relevo de Miguel Ángel Fornés al frente de la Asociación de Cadenas Hoteleras de Baleares. Una nueva tarea que restará tiempo de dedicación a su compañía, Mac Hotels, pero que afronta como un reto ilusionante ante los malos tiempos que tocan a la puerta al sector hotelero balear. Amengual desiste de tintes pesimistas para recomponer el puzzle de una realidad que se ha quebrado como si «se tratase del peor espejismo». Para el flamante presidente al mal tiempo buena cara. "Mallorca resiste todos los temporales... De los primeros seis meses transcurridos, no recuperamos ni la bajada de ocupación ni el descenso de los precios, aunque, eso sí, esperamos, para el resto de los meses unos ratios más correctos, aunque no de las tarifas, que para incentivar el mercado, se han recortado ofreciendo rebajas superiores al 20%.Pienso que las islas y sus ciudadanos deben seguir con el mismo espíritu que iniciamos hace 40 años, cuando todavía no se sabía que era un destino turístico. Los conceptos como «sentido hospitalario», la ilusión, la alegría de compartir nuevas costumbres, nuestra cocina hicieron que fuéramos europeos, mucho antes de firmar el tratado de Maastricht. En fin hacer partícipes a nuestros visitantes de las riquezas de las islas es divulgar cultura. El sector turístico es la principal industria del mundo, donde cada país quiere tener un trozo de esta gran tarta. Tiene tantas ventajas competitivas, frente a otros sectores industriales, que debemos seguir siendo la envidia del Mediterráneo y del mundo entero sin renunciar al liderazgo, que nos hemos ganado. Recordemos que el paquete turístico de Baleares se compone en un 50% por alojamiento y el otro 50% por lo que podríamos llamar «la calle». Por ello, hay que crear ilusiones y estímulos para que el ciudadano de pie participe activamente en el fenómeno turístico. Debo hacer un ruego a todo el mundo de la enseñanza y sus pedagogos: el turismo ni es una pérdida de identidad, ni un arrebatador de nuestra tranquilidad. Esto tan elemental y sencillo se debería explicar en todos los centros, de forma que nuestra juventud dejara de una vez por todas de seguir contaminándose. Campañas sistemáticas como la que tímidamente inició el Ajuntament de Palma, 'Un turista, un amic', es lo que nos hace falta". "Se ha castigado a la demanda, cosa insólita, ya que las medidas a aplicar debían ir encaminadas a corregir la oferta ilegal. Consecuentemente, el sector turístico se ve obligado a bajar precios, que conlleva a un descenso de la calidad del turista; de haberse atacado la oferta ilegal, al desaparecer del mercado muchas camas, se había conseguido el efecto contrario de los que ha pasado, que es un fuerte aumento de precios, que repercutiría en los ingresos de los ciudadanos de las islas. Para subsanar tal cúmulo de errores, la promoción turística es indispensable. Ahora más que nunca, y en estos momentos de fuerte caída de la demanda. Tengamos todos muy presente que lo que el sector turístico gasta en promoción es el equivalente de lo que puede gastar Ibatur en 7 ó 8 años. Sirva también de ejemplo. Lo que gasta Andalucía, que es del orden de 120 millones de euros con 220.000 camas, versus los 6 millones de euros, que gasta el Ibatur en nuestras islas con 390.000 camas. Los empresarios seguirán invirtiendo mucho, y más a partir de ahora. Es evidente que un destino muy cercano a la madurez necesita más promoción que nunca". (Ch.D., diaro El Mundo-El Día de Baleares, 24/06/02)
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