El turismo residencial genera en España unos 16.500 millones de euros anuales y 400.000 puestos de trabajo, tanto directos como indirectos, según se recoge en un informe elaborado por el presidente de la Comisión Nacional de Turismo Residencial de la Asociación de Constructores y Promotores de España, José Prado.
El turismo residencial genera en España unos 16.500 millones de euros anuales y 400.000 puestos de trabajo, tanto directos como indirectos, según se recoge en un informe elaborado por el presidente de la Comisión Nacional de Turismo Residencial de la Asociación de Constructores y Promotores de España, José Prado. En este informe se señala que en diciembre de 2000 existían en España 3,6 millones de viviendas utilizadas por el turista residencial, con una capacidad de 12 millones de plazas turísticas efectivamente utilizadas. Según los datos aportados por la Comisión Nacional de Turismo Residencial, los impactos en la economía atribuibles a estas viviendas son 4.804 millones de euros en producción anual de nueva planta; 3.005 millones en renta; 1.878 millones de consumo directo sobre la producción en los sectores de industria y energía; 871 millones en hostelería y comercio y 6.000 millones de euros anuales en concepto de impuestos municipales. En cuanto al trabajo, según las estimaciones de los constructores, genera 220.000 empleos directos y 180.000 indirectos. Además, la inversión de no residentes en el territorio español en bienes inmuebles alcanzó la cifra de 4.315 millones de euros, mientras que la realizada en ese periodo en segundas residencias por los viajeros nacionales ascendió a unos 1.500 millones de euros. En este informe, se destaca que el turismo residencial, dada su estructura de gastos, impulsa "no sólo el sector servicios", sino también el sector industrial, lo cual es "sumamente importante para diseñar una futura estrategia del desarrollo económico de nuestros territorios turísticos". En total, en 2001 algo más de 51 millones de personas viajaron por España con fines turísticos, de las cuales 14,4 millones --el 28,2 por ciento-- se alojaron en apartamentos propios o cedidos, de las que 7 millones eran extranjeros y, el resto, 7,4 millones eran nacionales. En el documento se hace también una aproximación al gasto medio diario del turista residencial, computado éste con la inversión, los gastos generales directos e inducidos, y que asciende a 300 euros, muy superior a la del turista de sol y playa que es de 30 euros por día. Igualmente, la estancia media del viajero residencial es mayor, al alcanzar las 6,55 jornadas por turista, mientras que la del vacacional es de 4,16 jornadas. Según los constructores y promotores, para garantizar la fortaleza de este tipo de turismo desde España se debe ofrecer a los inversores una infraestructura "en correlación con su apetencia de ocio", en la que tenga una especial relevancia las playas limpias, se dé una solución al "gravísimo problema del ciclo de agua", se construyan parques de ocio y polideportivos, entre otros. "Las administraciones deben adaptarse a la necesidad moderna de una sociedad moderna, con una eficiencia que sirva, no al Estado, sino a sus ciudadanos y a sus visitantes, y con una especial atención a estos últimos y a las áreas turísticas", defendió Prado en el documento. Además, España sólo puede competir con la calidad, "tanto del producto como del entorno" y es "necesario que nuestros visitantes, turistas y residentes turísticos se encuentro con un producto de calidad, arropado por una buena seguridad ciudadana", señaló.
Para comentar, así como para ver ciertos contenidos de Hosteltur, inicia sesión o crea tu cuenta
Inicia sesiónEsta noticia no tiene comentarios.