La crisis turística balear contamina al sector del transporte discrecional y los rent a car provocando recortes en el volumen de su negocio. Bajadas de facturación que alcanzan ya más de un 20 por ciento en comparación al pasado ejercicio.
La crisis turística balear contamina al sector del transporte discrecional y los rent a car provocando recortes en el volumen de su negocio. Bajadas de facturación que alcanzan ya más de un 20 por ciento en comparación al pasado ejercicio. El presidente de la patronal del transporte discrecional de Baleares, Jaume Batle, no podía dibujar un panorama más desalentador al sentenciar un hecho que corrobora la ensombrecida temporada: «No han hecho falta conductores. Han sobrado los casi 300 empleados extras de cada año». Este indicador puede empeorar si las perspectivas no logran enderezarse y si se confirma el declive de las expectativas para el próximo invierno y verano provocando, en opinión de Batle, que «algunas empresas se vean abocadas a rebajar sus plantillas y congelar las contrataciones». El máximo responsable de la agrupación empresarial del Servicio Discrecional de Viajeros de Baleares cifró entre un 15 y 20% la bajada de los ingresos hasta ahora, aunque quiso dejar en el aire ciertas muestras de preocupación por la atonía que los mercados están demostrando en plenas vacaciones. «Al principio pensamos que sólo la desaceleración económica internacional afectaría a los meses de marzo, abril o mayo, pero los peores vaticinios se están cumpliendo», sentenció Batle, al mirar con cierto escepticismo a septiembre y octubre. «Puede que resucite la temporada hacia finales de verano, pero sinceramente creo que no hay ningún síntoma que vislumbre recuperación. Falta tiempo», dice Batle. Se acabó lo que se daba. La industria turística de Baleares, que en los últimos años vivió una espléndida situación, [ya el pasado año dio visos de cansancio], nota de forma escalofriante los efectos del enfriamiento económico, la polémica de la ecotasa, los mensajes negativos que se han trasladado a los principales mercados emisores y la fuerte competencia de otros destinos. Batle busca entre estas causas «la gota que ha colmado el vaso de una situación que se veía venir, sobre todo, por los daños que ocasionó la huelga de transporte». Por otro lado, indicó que «aquellas imágenes de gente por el suelo en el aeropuerto de Son Sant Joan hicieron muchísimo daño. Ahora están pasando factura». Por zonas y mercados, Batle no ve diferencias. Los europeos, alma mater del turismo balear, sobre todo, alemanes y británicos se lo están pensando, y los españoles no consiguen reaccionar a las agresivas ofertas dando la espalda al archipiélago. «La tendencia es similar por todos los municipios costeros, aunque la crisis se palpa más en aquéllos que operaban casi un 100% con el mercado germano», explica Batle. Para el presidente de la Asociación Empresarial de Vehículos de Alquiler de Baleares (Aevab), Ramón Reus, «la temporada acabará con un descenso de facturación entre un 20 y 25%». «Tenemos muchos altibajos, y lo peor es que no podemos jugar con los precios ya que están baratos, debido a los costes que hay que afrontar», explicó quien exigió mano dura para paliar el intrusismo y la oferta instalada sobre el suelo rústico. (Ch. D., diario El Mundo-El Día de Baleares, 08/07/02)
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