Jesús Martínez Millán, reconoció ayer que desde que se inició la crisis de la Isla de Perejil con la ocupación, según España, ilegal de este islote del Estrecho, se ha producido un "frenazo" en las reservas de los viajes que tienen como destino Marruecos.
Jesús Martínez Millán, reconoció ayer que desde que se inició la crisis de la Isla de Perejil con la ocupación, según España, ilegal de este islote del Estrecho, se ha producido un "frenazo" en las reservas de los viajes que tienen como destino Marruecos. Sin embargo, subrayó que "no es momento para desaconsejar a nadie ir a Marruecos sin las cosas siguen como están". En este sentido, señaló a Europa Press que según sus noticias, la realidad es que en Marruecos "hay una total y absoluta normalidad". Asimismo, destacó que el turismo es "un fenómeno muy sensible", y que por este motivo, y ante cualquier circunstancia, se reacciona con cierta incertidumbre. "Los mayoristas especializados han detectado un 'parón' desde hace dos días en las reservas y ligeras incidencias en las cancelaciones", añadió. También recordó que todavía existe una cierta influencia de lo ocurrido en EE. UU el pasado 11 de septiembre y que a pesar de que este efecto se ha superado "en un 95 por ciento" los viajeros siguen estando "muy sensibles" ante cualquier circunstancia añadida que pueda condicionar su viaje y "reaccionan de forma más contundente de lo que lo hubieran hecho en otras circunstancias". Según dijo, cuando una noticia de este calibre salta a los medios de comunicación se crea "incertidumbre" porque los turistas no pagan para sufrir emociones inesperadas o para dejar intranquilas a su familias. "El turista se crea la idea de que no va a estar seguro en un sitio y prefiere no viajar", añadió. Además, señaló que en el mercado turístico español, Marruecos tiene "una importancia pequeña, a pesar de ser un destino atractivo y muy recomendable". Finalmente, aseguró que si la crisis se prolonga, pero se estabiliza la situación, "se normalizará el mercado". Si, por el contrario se mantiene la escalada de tensión, "tendrá efectos negativos sobre las corrientes turísticas".
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