Si lo que deseaba el gobierno autonómico de las Islas Baleares, tal como había manifestado repetidamente, era rebajar la cifra total de turistas llegados al archipiélago para de este modo disminuir la presión sobre el territorio y sobre la población isleña, lo ha conseguido plenamente.
Si lo que deseaba el gobierno autonómico de las Islas Baleares, tal como había manifestado repetidamente, era rebajar la cifra total de turistas llegados al archipiélago para de este modo disminuir la presión sobre el territorio y sobre la población isleña, lo ha conseguido plenamente. Por mucho que desagrade a los empresarios hoteleros, a los comerciantes de souvenirs, comestibles y oferta complementaria en general, a los alquiladores de coches sin conductor, a los conductores de autocares turísticos, a los aspirantes a camareros y trabajadores eventuales que otros años trabajaban en la plena temporada alta, a los guías turísticos y a otros colectivos turísticos, el objetivo que se habían propuesto alcanzar los gobernantes de Baleares ha sido alcanzado con bastante al centro de la diana. La voluntad de rebajar la cifra de turistas es pública y notoria y, como recientemente declaró un dirigente de uno de los partidos del pacto, "no pasa nada si vienen menos turistas". Por lo tanto, a la vista del desarrollo de la temporada, por fin han conseguido que la población local y muchos de los turistas sientan menos agobio. Este verano en casi todas partes se nota la disminución de turistas. Lo único que se puede cuestionar respecto de este asunto es que habiendo conseguido ese gobierno autonómico su objetivo político en materia turística en una comunidad que es un ejemplo de monocultivo económico, el consejero de Turismo, Celestí Alomar, dijera recientemente que "la temporada está perdida", y añadiera que probablemente también lo está (perdida) la que
viene. ¿Qué quiso decir con tales palabras, cuando lo coherente hubiese sido
haberse congratulado públicamente de los logros y, al igual que ha hecho con el tema de la ecotasa, llenar páginas y páginas de diarios locales con anuncios publicitarios laudatorios del cumplimiento del objetivo? En lo que parece ser que el gobierno no ha conseguido sus objetivos es en obtener que los menos turistas fuesen de "más calidad" y consiguientemente en estar generando mayores ingresos y mayor riqueza. Aunque recientemente se hayan inaugurado algunos hoteles de lujo, uno de ellos englobado en una de las principales cadenas hoteleras mundiales, quien haya viajado por Europa o por Internet habrá comprobado a qué ínfimos precios se han estado vendiendo los paquetes combinados a Mallorca o Ibiza.
Y a precios de derribo se siguen vendiendo a la hora de cerrar esta edición. ¿Acaso esto trae turistas de "más calidad?". (P.M. ICONOTUR, 19/07/02)
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