La recesión turística también ha golpeado de lleno al agroturismo en Baleares, pasando del furor ininterrumpido de los últimos años, batiendo récords en número de visitantes y volumen de ingresos, a la pesadilla de esta temporada.
La recesión turística también ha golpeado de lleno al agroturismo en Baleares, pasando del furor ininterrumpido de los últimos años, batiendo récords en número de visitantes y volumen de ingresos, a la pesadilla de esta temporada. Si a comienzos del pasado mes de marzo, los primeros balances apuntaban a que saldrían mejor parados que los establecimientos de sol y playa, estos pronósticos no se han cumplido sino que se han roto. Para la Asociación de Agroturismo de Baleares, que preside Ventura Rubí, y que agrupa a 110 establecimientos, «las reservas han caído del orden entre un 30 y 40% durante el primer semestre del ejercicio».Aunque julio y agosto no son los meses por excelencia de este segmento, sí en ejercicios anteriores una importante cuota de mercado de turismo familiar dulcificaba las leves caídas. «Los niveles de ocupación medios se sitúan alrededor del 60%, frente al 80 y 85% al que estábamos acostumbrados», explica Rubí. Los más afectados de este frenazo en seco se identifican con hoteles rurales o agroturismos mientras que las casitas, como califica Rubí a los alojamientos que ofertan pocas plazas, son las que se están salvando de la delicada y crítica situación. En cambio, la agrupación que lidera José Erias, asociada a la Pimem [integra a una veintena de establecimientos], quiebra el pesimismo y advierte que las perspectivas para estos meses de alta campaña dan síntomas de una «notable mejoría». Los balances de los primeros seis meses, para Erias, se sitúan con un descenso del 15%. La desfavorable coyuntura económica que afecta a los principales mercados emisores europeos, junto a los mensajes de aversión de los turistas, para Rubí, han sido un factor determinante en la recesión. Además, pone encima de la mesa otro parámetro que está cambiando el rumbo de las tendencias: Los turistas están acortando sus estancias. Por otro lado, José Erias cree que el desplome alemán se debe contrarrestar con otros huecos de mercado europeos que responden con fidelidad a Baleares como franceses, nórdicos y españoles. «Los clientes de estas áreas se pueden convertir en los ciudadanos que sostendrán este mercado donde Baleares se ha convertido en un verdadero paraíso», apostilla Erias. La incertidumbre originada tras los atentados del 11 de septiembre y la recesión alemana son dos parámetros que han retrasado al máximo la compra de los paquetes turísticos, dice Erias, quien confían en que «al final la temporada no llegará a cerrarse por encima de un 10% menos, en comparación con la anterior». El número de establecimientos rurales se ha consolidado en el archipiélago balear durante el último ejercicio, al contabilizarse casi 140 establecimientos de este tipo, según datos facilitados por las dos asociaciones baleares. Este tipo de infraestructuras se ha puesto de moda experimentando un crecimiento espectacular en los últimos cinco años, con subidas en el número de plazas, al contabilizarse más de 1.700. (Ch. D., diario El Mundo-El Día de Baleares, 29/07/02)
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