¿Hay alguna posibilidad de que el Brexit sea reversible?
La dimisión de los partidarios del Brexit duro deja incógnitas y oportunidades
Publicada 11/07/18- Los dos ministros dimitidos no están de acuerdo con la salida "suave" de la UE que Theresa May está negociando, a su modo de ver
- La división en el gabinete de May no es un secreto: muchos esperan a que unas nuevas elecciones generales puedan reeditar el referéndum
- Según Skynews el 64% de los británicos no confía en que la primera ministra pueda conseguir el mejor trato posible con la UE
Análisis/ Esta semana han dimitido, con muy poco lapso de tiempo, dos de los partidarios del Brexit duro: el ministro británico para el Brexit, David Davis, y el el ministro de Exteriores de Theresa May, el controvertido Boris Johnson. Éste último fue uno de los grandes impulsores del "sí" en el referéndum celebrado el 23 de junio de 2016 y que se saldó con una victoria de la desconexión aprobada por el 52% de los británicos.
La situación es compleja, llena de incertidumbres pero quizá, también, de oportunidades. Algunos líderes de la Unión Europea siguen defendiendo que la decisión del Brexit es reversible, o al menos aplazable si no hasta un nuevo referéndum, al menos sí hasta una nueva convocatoria electoral en el Reino Unido, que a efectos de la permanencia o no de ese país en la Unión sería lo mismo.
Los dos "duros" dimitidos esta semana dejan, quizá, algún resquicio a la esperanza para los partidarios de que el Reino Unido se mantenga en la Unión.
No al marco regulatorio común
Boris Johnson presentó su dimisión como secretario de Asuntos Exteriores porque estaba en desacuerdo con los planes de la primera ministra Theresa May para "suavizar" el Brexit. Ella presentó la semana pasada un plan de trabajo con 12 puntos que pretenden buscar un "marco regulatorio común con la UE" para productos agrícolas e industriales. Parece haberse instalado en miembros del gabinete cierta consciencia del caos (comercial, de cielos y fronteras) que puede sobrevenir en el Reino Unido a partir del mes de marzo del año que viene, cuando se haga efectivo el Brexit y se inicie un periodo de transición que durará 21 meses.
Durante ese tiempo (desde el 30 de marzo de 2019 hasta el 31 de diciembre de 2020) el país mantendrá el acceso al mercado único y la unión aduanera, pero no participará en la toma de decisiones en la UE, pues ya no será un Estado miembro.
Un Brexit "suave" ataría al Reino Unido a la UE
Por su lado, el ministro británico para el Brexit, David Davis, dimitido antes que Johnson, dejó el gabinete de May por los mismos motivos que su compañero: desacuerdo con las intenciones de la primera ministra de hacer un Brexit "suave" que, para el dimitido Davis, dejaría al Reino Unido atado igualmente a las regulaciones de Bruselas. La creación de un mercado común de bienes entre el Reino Unido y Europa tras el Brexit, aprobada por el gabinete de ministros, no contó con el apoyo de todos ellos. Para los "duros", Theresa May está haciendo demasiadas concesiones a la Unión.
Y es que durante el periodo de transición, el Reino Unido tendrá que aceptar las exigencias de la Unión Europea, entre ellas las que afectan a la libre circulación de personas. Esto es algo que los "duros" no pueden aceptar porque compromete, opinan, la soberanía británica (Ver: Reino Unido tendrá un periodo de transición de 21 meses tras el Brexit).
Susto o muerte
La incertidumbre que crea la situación tanto en el Reino Unido como en la Unión es clara: el informe "Evaluando la exposición de las ciudades y regiones de los Veintisiete a la retirada del Reino Unido de la UE", presentado en junio por el Comité Europeo de las Regiones (CdR), recoge el impacto económico que causará el Brexit en 277 regiones de todos los Estados miembros salvo Luxemburgo y Eslovenia, medido a través de respuestas aportadas por las propias autoridades locales.
Las regiones europeas expusieron en el informe sus principales preocupaciones sobre los efectos de este proceso sobre el comercio y los sectores del turismo o la manufactura, entre otros. Por sectores, un 59,5% de las regiones cree que la salida del Reino Unido de la UE será dañina para su turismo, un 49% cree que impactará negativamente en sus servicios y un 47% a su manufactura.
Un informe de la consultora KPMG alertaba de que el Brexit y la incertidumbre que genera el futuro de las relaciones económicas y comerciales entre ambas partes, suponía uno de los mayores retos para las empresas españolas en los próximos años.
Además, señalaba que el sector turístico es uno de los más expuestos al mercado británico. Entre las principales amenazas inherentes a dicho proceso los empresarios y directivos destacaban, de forma mayoritaria, la depreciación de la libra (58%) y la contracción de la economía británica (50%) (Ver: ¿Qué ha cambiado dos años después del referéndum del Brexit?).
Primer mercado emisor a pesar de todo
Sea como sea, con incertidumbre, con dimisiones sonadas, con medidas "suaves" o no, lo cierto es que el Reino Unido se mantiene como el primer emisor de España, pero en los cinco primeros meses del año registró una caída del 2,3% en las llegadas y del 2,2% en las pernoctaciones hoteleras, mientras que el gasto permanece estable (apenas descendió un 0,2%). Según un estudio de Rumbo, un 13% de británicos afirma que viajará a Europa más a menudo una vez que su país haya salido de la Unión Europea, un porcentaje que alcanza el 20% entre los jóvenes de entre 18 y los 24 años, y un 17% entre los que tienen entre 25 y 34 años.
Sin embargo, desde la victoria del Brexit los británicos han sufrido una notable pérdida de su poder adquisitivo -desde junio de 2016, la libra esterlina se ha depreciado un 14% frente al euro-. Lo cual hace que España sea un destino atractivo pero a la vez limita las posibilidades de gasto de ese mercado, y según el mismo estudio de Rumbo, un 23% de británicos predice que viajar a Europa será menos económico cuando estén fuera de la Unión.
Un disparate con marcha atrás
No puedo evitar transcribir aquí un comentario que he leído estos días en El Mundo, hecho por el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk: "Los políticos van y vienen pero los problemas que crean a la gente permanecen. Lamento que la idea del Brexit no se haya ido con Davis y Johnson, pero... quién sabe".
Dice el mismo artículo que Tusk siempre ha manifestado que la decisión británica de abandonar la Unión era "el mayor error cometido en su historia reciente", y que siempre ha defendido que la decisión es reversible.
Quizá repetir el referéndum sea muy complicado e incluso desaconsejable, pero tras las dimisiones de los líderes "duros" y ante las incertidumbres y la amenaza de un caos difícilmente previsible y controlable, algunos piensan que ganar tiempo sería una medida inteligente y factible. Y sin necesidad de convocar un referéndum, esperar al fin de la legislatura de Theresa May para que unas nuevas elecciones hagan de plebiscito sobre el Brexit.
La primera ministra perdió la mayoría absoluta en las urnas el año pasado. Las recientes elecciones locales tampoco han dejado a los conservadores en muy buen lugar... aunque es cierto que tampoco a los laboristas. Quizá el calendario y los planetas se alineen y, cuando empiece en marzo de 2019 el periodo de transición, que durará dos años, el hecho de estar tan cerca de unas nuevas elecciones generales -que se celebran al menos cada cinco años-, pueda dar esperanzas a quienes opinan que el Brexit nunca debió convertirse en una realidad.
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