El plástico amenaza a la isla canaria de La Graciosa
Publicada 28/07/18
- Se calcula que cada año acaban en los mares ocho millones de toneladas de plásticos
- Por su situación geográfica, La Graciosa está expuesta a corrientes y vientos del norte que arrastran toneladas de residuos
- La Graciosa es una pequeña isla de 29 kilómetros cuadrados que en 2017 recibió 259.000 visitantes
La Graciosa, una pequeña isla del archipiélago canario, con una superficie de 29 kilómetros cuadrados y una población de poco más de 720 habitantes, se está viendo afectada por una de las plagas del siglo XXI, la contaminación por plástico. Su situación geográfica en el norte del archipiélago la exponen a las corrientes y vientos del norte que arrastran grandes cantidades de residuos procedentes de otros lugares.
El plástico es uno de los materiales más nocivos para el medio ambiente por su dificultad para ser eliminado. Se calcula que cada año acaban en los mares ocho millones de toneladas de este derivado del petróleo.
Según un informe de la organización ecologista WWF, España es el cuarto país de la Unión Europea que más plástico consumió en 2016 -4,6 millones de toneladas- y el segundo del mundo que más vierte al Mediterráneo.
Pero, aparte del propio consumo, determinados destinos de nuestro país reciben el plástico consumido en otros muchos lugares, debido a su situación geográfica. Es el caso de la isla canaria de La Graciosa, cuyas paradisíacas playas reciben toneladas de microplásticos que están causando un gran daño al archipiélago Chinijo.
Este grupo de islas se encuentra al norte de Lanzarote y está integrado por Montaña Clara, Alegranza y La Graciosa, y los islotes Roque del Este y Roque del Oeste, que son los primeros enclaves afectados por las corrientes marinas y de aire procedentes del norte, en especial Playa Lambra, en La Graciosa, cuya orientación la expone aún más a estas corrientes.
Así lo ha constatado Alicia Herrera, licenciada en Biología y doctora en Oceanografía en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, que durante un año, entre 2015 y 2016, visitó dos veces al mes, con miembros de su equipo, las playas de Lambra, Famara (Lanzarote) y Las Canteras (Las Palmas) para recoger muestras de microplástico. Y la conclusión fue que, sorprendentemente, la más contaminada es la menos transitada, la de Lambra.
La Playa Lambra es una de las menos transitadas del archipiélago canario, pero es una de las más afectadas por la llegada de residuos a su arenal
WWF, que realiza un intenso trabajo de limpieza y recogida de plásticos en la isla con la colaboración de voluntarios, alerta de que este pequeño territorio se está convirtiendo en el basurero del sur de Europa, norte de África e incluso de América, debido al plástico arrastrado por las corrientes.
“Cada temporada de voluntariado se recogen entre 4.500 y 6.000 kilos de basura de todo el parque”, explica al diario El País Alexis Rivera, biólogo y técnico de esta organización en las Islas Canarias.
Guerra contra el plástico
Cabe recordar que en los últimos meses las empresas turísticas se han comprometido a desprenderse del plástico en la mayor medida posible, en especial las cadenas hoteleras. Iberostar ha anunciado la eliminación de los plásticos desechables en el 100% de sus habitaciones en España a lo largo de este año.
También Hilton retirará las pajitas y botellas fabricadas con este material de los hoteles de esta cadena en Europa, Oriente Medio y África.
Por su parte, Marriott ha eliminado las botellitas de gel y champú en 450 hoteles y planea hacer extensiva esta medida a 1.500 establecimientos de Norteamérica. (más datos en Adiós a las amenities, botellines, vasos y pajitas de plástico).
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