El turismo español no sufrirá el impacto de la lira turca hasta 2019
Publicada 05/09/18
- Turquía está teniendo este año un fuerte tirón, con un aumento del 25% de la demanda hasta julio
- Es probable que el destino turco gane nueve millones de turistas con respecto a 2017, hasta llegar a los 40 millones
- "No es un momento para ponerse nerviosos y empezar a tirar precios" en España, afirma José Luis Zoreda
La fuerte devaluación que arrastra desde agosto la lira turca se convierte en un ventaja competitiva para Turquía desde el punto de vista turístico. Sin embargo, este año apenas afectará al sector turístico español, "más allá" de la pérdida que viene registrando este verano por la recuperación de dicho destino, según señala José Luis Zoreda, vicepresidente de Exceltur.
La pérdida de valor de la moneda turca, que ya acumula una caída del 60%, se ha producido a mediados de agosto, casi en el final de la temporada punta, cuando toda la contratación de los grandes operadores ya estaba hecha, con lo cual no afectará a las reservas de este verano, con la excepción de las que se realicen a última hora. Si esto hubiera pasado en febrero o marzo, habría afectado más a la demanda en España, explicó Zoreda a Efe.
Exceltur ya anticipaba una ralentización para 2018, que se confirma con un escaso avance interanual de la demanda hacia España del 0,3% hasta julio. Sin embargo, para Zoreda, no es "ningún descalabro, como tampoco eran normales los crecimientos desorbitados de más del 10% en los últimos cinco años", por lo que no se planten hacer "catastrofismos".
El que se ralentice el crecimiento, pero siga subiendo el gasto medio por turista (un 2,7% más hasta julio), "no es para rasgarse las vestiduras", sino, en todo caso, para abordar nuevas políticas turísticas.
Aunque la lira turca coloca en una posición muy complicada a aquellas líneas de producto de bajo nivel, "más que nunca" obliga a seguir apostando "por mejorar la oferta".
España ha hecho un esfuerzo "muy importante", sobre todo los destinos a los que más les afecta esto que son los de sol y playa -Baleares, Canarias y Levante-, y ahora "no es un momento para ponerse nerviosos y empezar a tirar precios", agregó. En este sentido, ha asegurado que España "nunca podrá competir por precios, ganando dinero"
Turquía está teniendo este año "un tirón muy importante", con un aumento del 25% de la demanda hasta julio por la recuperación de la imagen y la pérdida de los temores de viajar al destino, y es probable que gane en torno a nueve millones de turistas con respecto a 2017 (32,4 millones), llegando a 40 millones (su máximo histórico han sido los 38 millones en 2014).
Sus principales mercados emisores europeos como el alemán o el inglés crecen hasta julio un 20,5% (2,3 millones) y un 37% (1,2 millones), respectivamente; y Rusia, un 30% (3,3 millones), mientras el polaco arroja el mayor repunte, del 130,3% (350.807).
La devaluación de la lira impulsa el destino turco
Este "gran resurgir" de Turquía no hará más que acelerarse a partir de agosto por la devaluación de la lira y, para 2019, van a tener una temporada, por lo menos de mercados como el alemán o el inglés, que "se van a salir de la foto", ya que, en estos momentos, las contrataciones van "a la velocidad de vértigo para asegurarse los mejores precios".
Y, por contra, "esos mismos operadores extranjeros ya están advirtiendo a los hoteleros españoles de que sus precios son muy altos", ha apuntado.
"Tenemos que saber mantenernos firmes", ha insistido Zoreda, según quien, de cara a 2019, los empresarios que deberían preocuparse son aquellos que estén en los segmentos "más indiferenciados", donde el precio sea el elemento fundamental, porque ahí tendrán una competencia "feroz" de Turquía.
El ligero repunte del 0,3% del turismo internacional hasta julio no es para José Luis Zoreda "ningún descalabro, como tampoco eran normales los crecimientos desorbitados de más del 10% en los últimos cinco años"
El grupo hotelero Barceló, que cuenta con dos establecimientos en Estambul, reconoce que este año su negocio en Turquía marcha mejor que en 2017, pero no lo achaca a la depreciación de la lira, sino más bien a la recuperación que ha experimentado el destino, junto con los demás de la región como Egipto o Túnez.
La ocupación está creciendo, aunque todavía no se ha llegado a los niveles precrisis, y "sigue habiendo todavía poca demanda europea" en Estambul, predominando el cliente de Oriente Medio.
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