Entrevista con Santiago García-Nieto, presidente de la patronal turística catalana

Las casas compartidas serán miles de mini-hoteles en negro, dice Confecat

La regulación que prepara la Generalitat legalizará el alquiler de habitaciones para turistas

Publicada 31/10/18
Las casas compartidas serán miles de mini-hoteles en negro, dice Confecat
  • Santiago García-Nieto fue elegido presidente de Confecat hace ahora un año
  • La patronal hotelera catalana advierte que las casas compartidas serán economía sumergida
  • El sector turístico de Cataluña ha sufrido los efectos de una "inestabilidad bestial"

El hotelero Santiago García-Nieto ha cumplido su primer año al frente de la Confederación Empresarial de Hostelería y Restauración de Cataluña (Confecat), entidad de la que fue nombrado en octubre de 2017. No ha tenido un arranque fácil y la perspectiva para el año que viene sigue complicada, admite.

¿Qué se ha encontrado en el primer año presidiendo la Confecat?

Ha sido más complejo de lo que me esperaba. Veníamos de una época fácil del turismo en Cataluña y de repente tuvimos las huelgas en el aeropuerto, los atentados del 17 de agosto y el procés. Todo esto generó una inestabilidad bestial.

¿En qué se tradujo esa inestabilidad?

Las reservas cayeron en picado. Sobre todo en Barcelona, aunque luego iban recuperándose, por rachas. Y esta temporada de verano, la facturación en los hoteles de la Costa Dorada ha caído un 8%, aunque los hoteleros vacacionales notan también la recuperación de Turquía, cuyo gobierno prácticamente ha regalado los vuelos para que llegaran turistas extranjeros.

¿Y en estos momentos cuál es su principal preocupación?

El reglamento de nuevas modalidades de alojamiento turístico que prepara la Generalitat, pendiente de aprobación en el Parlament. El problema es que no estamos llegando a ningún punto de acuerdo con el gobierno catalán. Y nos hemos entrevistado ya con cuatro consejeros de Empresa diferentes. Lo que más nos preocupa de esa nueva normativa es que quieren legalizar las casas compartidas por turistas y residentes.

La lista de agravios elaborada por Confecat contra las casas compartidas es extensa: economía sumergida, degradación laboral, competencia desleal...

¿Qué creen que pasará cuando esa modalidad de alojamiento sea legalizada?

En primer lugar, perjudicará el acceso a la vivienda, sobre todo en las grandes ciudades. También hará menguar la calidad del servicio y hará más difícil la convivencia entre turistas y vecinos. Otro efecto que tenemos es la degradación del mercado laboral, porque dudamos que nadie vaya a tener a nadie asegurado. Será economía sumergida y competencia desleal, porque será imposible controlar esa oferta.

¿Tan negativo lo ve?

Ahora mismo en Cataluña hay muchos pisos vacíos, cuyos propietarios están esperando a que se dé luz verde al nuevo reglamento, para inmediatamente empadronar a alguien ahí, de modo que al día siguiente ese piso pueda operar como un mini-hotel.

No obstante, la Generalitat sostiene que el alquiler de habitaciones para turistas en casas donde vive gente será una modalidad de alojamiento colaborativo…

No es colaborativo para nada. Esto será economía real, donde hay una transacción monetaria y mercantil. Por otra parte me pregunto por qué Cataluña tiene que ser la primera comunidad en aprobar este tipo de normativa.

¿A qué se refiere?

Cataluña ya fue la primera que aprobó, en 2011, la normativa para regular los pisos turísticos y, viendo las cosas en perspectiva, nos equivocamos en muchas cosas. Si lo hubiéramos hecho más tarde, como han hecho otras comunidades, lo habríamos hecho mejor.

¿Y ahora la Confecat teme que la situación vaya a peor?

En un piso particular, sin control normativo ni laboral, calculamos que los costes de operar una habitación para turistas serán hasta un 70% inferiores respecto a los costes que significa mantener abierta la habitación de un hotel, pensión o casa rural.

Confecat reclama que no se regulen nuevas modalidades de alojamiento turístico "hasta que no se tenga controlada la oferta que existe hoy"

¿Da por hecho entonces que no habrá controles de esa nueva oferta de alojamiento?

En la actualidad, apenas hay medios para perseguir los miles de pisos turísticos ilegales que siguen existiendo hoy en día en Cataluña... Imagínese qué pasará cuando irrumpan en el mercado las casas compartidas. Al tratarse de una vivienda particular, ¿cómo podrá la administración turística controlar lo que suceda ahí dentro? ¿Este es el turismo de calidad que queremos? Insisto: esto no es economía colaborativa y además puede traer degradación laboral.

El secretario general de Confecat, Manel Casals, y el presidente de la patronal turística catalana, el hotelero Santiago García-Nieto

En un par de ocasiones se ha referido el aspecto laboral. Desde hace un par de años, el colectivo de Las Kellys, que representa a las camareras de piso, reclama una mejora de las condiciones de trabajo en los hoteles…

En Cataluña, gracias al convenio de hostelería que se aprobó hace un año y medio, se van a igualar las condiciones del personal externalizado con las del personal del hotel. Eso quiere decir que para una jornada laboral de 8 horas se cobrarán 1.300 euros brutos según convenio, sean camareras de piso externalizadas o del propio hotel. La medida entra en vigor este mes de diciembre.

Respecto a la cuestión del reconocimiento de las enfermedades laborales, estamos alineados con lo que dicen Las Kellys, pero es el gobierno quién debe mover ficha. Por otra parte, las Kellys reclaman formar parte de la negociación colectiva, pero las leyes marcan una representatividad a través de elecciones sindicales, por tanto tendrían que constituirse como un sindicato.

¿Qué deberes pondría a la administración para 2019?

En Confecat creemos que a Cataluña le falta un plan territorial de turismo, que integre los planes urbanísticos, de movilidad, infraestructuras, etc. ¿Qué sentido tiene que un municipio planifique actividad turística hacia un sentido y que en el municipio de al lado vayan en la dirección contraria? Todo es el mismo destino.

También nos gustaría que desde las administraciones impulsasen grandes acontecimientos culturales. Tenemos buenos museos y recursos, pero nos faltan grandes exposiciones capaces de atraer miles de visitantes.

Y para el 2019 también pedimos estabilidad política y jurídica. La estabilidad es la clave de este negocio.

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