Seis modalidades para el alojamiento de turismo rural en Castilla-La Mancha
Los establecimientos tienen dos años para clasificarse conforme a las seis categorías
Publicada 08/12/18
- El decreto establece seis modalidades de alojamiento turístico rural e incluye las explotaciones de turismo cinegético
- Castilla-La Mancha cuenta con más de 1.800 establecimientos de turismo rural según datos de la comunidad autónoma
- Las empresas ya existentes disponen de dos años para clasificarse en alguna de las seis categorías creadas
El Gobierno de Castilla-La Mancha ha publicado el decreto de ordenación de los alojamientos de turismo rural en la región, que los clasifica en seis modalidades y da un plazo de dos años a los establecimientos que ya existen para clasificarse conforme a las categorías ahora establecidas, mediante estrellas verdes.
El decreto de la Consejería de Economía, Empresas y Empleo, publicado en el Diario Oficial de Castilla-La Mancha y que entrará en vigor dentro de 20 días, sustituye al decreto y a la orden de 2006 que regulaba el ordenamiento turístico, por una parte, y especificaba las placas identificativas de estos establecimientos.
Los alojamientos se clasificarán a partir de este decreto en:
- Casas rurales, de 1 a 5 estrellas verdes
- Apartamentos turísticos rurales, de 1 a 4 estrellas verdes
- Explotaciones de turismo cinegético, una categoría única
- Explotaciones de agroturismo, una categoría única
- Complejos de turismo rural, una categoría única
- Alojamientos rurales singulares, una categoría única
Más de 1.800 establecimientos
Según los datos aportados por el Gobierno regional cuando el decreto fue aprobado en el Consejo de Gobierno, la comunidad autónoma tiene más de 1.800 establecimientos de turismo rural.
El decreto comprende 36 artículos, siete capítulos, una disposición adicional, otra transitoria, otra derogatoria y tres disposiciones finales.
Las novedades que introduce son el aumento de categorías para clasificar los alojamientos, su identificación por estrellas verdes, al igual que el resto de comunidades autónomas; la regulación, por primera vez, de nuevas fórmulas de alojamiento rural como son las explotaciones cinegéticas, y la eliminación de modalidades ahora inexistentes, como son las ventas.
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