Thomas Cook tranquiliza a los inversores y sus acciones se estabilizan

En concreto, este miércoles día 5 de diciembre el presidente de Thomas Cook, Frank Meysman, y la directora no ejecutiva Lesley Knox compraron un buen número de acciones para demostrar su confianza en el grupo, mientras que la gestora de fondos Invesco, propietaria del 15% del grupo calificó la reacción de los mercados de “exagerada”, en declaraciones de su director, Stephen Anness, a The Times.

Diversos analistas financieros de la city han explicado en los últimos días que la situación de Thomas Cook ha sido una ‘crash crunch’, una crisis de liquidez, que es temporal, producida según ya explicó el grupo por las consecuencias del efecto del cálido verano en Europa sobre los precios y la competencia (Ver: Thomas Cook reducirá beneficios hasta 282 M € en un "año decepcionante" ) y no significa que haya peligro de quiebra . De hecho, analistas de Numis y Jefferies citados por Finacial Times han concluido que el turoperador posee suficiente liquidez para sostener el negocio en la temporada de invierno.

En concreto Meysman compró el miércoles 373.000 shares a 21,57 peniques por un valor total de 80.441 libras, tras lo cual las acciones subieron un 40% hasta quedar en 31.88 peniques. De su lado Knox compró 208.778 acciones a 22 peniques, sumando 47.163 libras. El jueves 6 cerraron con un valor de 32,66 libras, como puede verse en el siguiente gráfico que muestra la evolución desde el anuncio de resultados el 27 de noviembre, que ha bajado un poco tras el anuncio de la salida de Burmester.

El precio parece estabilizarse aunque está aún muy lejos de los 146 peniques por acción que mostraba en mayo pasado. La caída ha sido progresiva y en especial tras el anuncio los dos ‘profit warnings’ (rebaja sobre la previsión de beneficios), una en septiembre y otra en noviembre.

Cabe recordar que el grupo ha cerrado el ejercicio con pérdidas frente a las ganancias de un año antes, según Thomas Cook registra pérdidas de 183 M € en 2018 y aumenta su deuda. El retraso en las reservas que provocó el calor en Europa este verano y la falta de liquidez vinculada, ha incidido especialmente sobre su deuda, que aumenta en casi 350 millones de libras, pasado de 40 millones de libras (45 millones de euros) al finalizar el ejercicio 2017 a 389 millones de libras (437 millones de euros).

No obstante, el gigante británico tiene puntos donde anclar la solidez y recuperación de su negocio, tal y como recogía este diario en La cara positiva de 2018 para Thomas Cook, empezando por una subida de ingresos del 6%, el crecimiento de ventas del 15% para sus hoteles de marcas propias o el impulso a la inversión de su división hotelera con 150 millones de libras (180 millones de euros), y una primera expansión de capital de 35 millones de libras.