Los hoteleros afrontan la “gigantesca presión fiscal” a la que están sometidos

Impuestalia centra su actividad en una doble vertiente, según ha explicado su directora de Gestión, Clementina Caballero. Por un lado, estimar si el valor de mercado del hotel está por debajo del valor catastral, en cuyo caso debería reducirse el impuesto, aunque “no es algo automático, siempre hay que demostrarlo a través de los informes que acrediten que esta circunstancia es real”.

La duración de este proceso, según reconoce Caballero, “depende de muchos factores; entre otros, la tipología del inmueble, la zona donde se ubica, la circunstancia que afecta, etc. Lo que es relevante es que cuanto antes se empiece con los trámites, antes se acaba”.

La segunda línea de actuación consiste en comprobar si la superficie y las características de la misma recogidas en el catastro se corresponden con la real. En este ámbito, añade, “cuando proponemos a nuestros clientes presentar la reclamación es porque las diferencias son sustanciales en términos económicos para ellos”.

De izq. a dcha, Fernando Díez, en representación de Impuestalia, y Ramón Estalella, de CEHAT, firman el acuerdo de colaboración entre ambas entidades.

En cuanto al ahorro medio que puede suponer para un hotel efectuar estas correcciones en su valor catastral, aunque la directora de Gestión de Impuestalia admite que “no es posible dar una cifra que sea razonable, dado que la amplia casuística hace que los resultados puedan ser muy dispares, en términos generales llevamos acumulados una reducción media del 19%, pero no es extrapolable a ningún caso en concreto”.

Así, entre sus clientes tienen varios casos de hoteles con reducciones anuales de entre 8.200 y 17.400 euros, y devoluciones por ingresos indebidos entre 63.000 y 73.000 euros.

El acuerdo, suscrito por el secretario general de CEHAT, y Antonio de Pablo-Romero, en representación de Impuestalia, convierte a ésta en socio colaborador de la Confederación. La compañía, que cuenta con seis delegaciones territoriales y más de 100 colaboradores repartidos por toda la geografía, ya ha revisado más de 12.000 inmuebles de todo tipo. Uno de sus principales valores añadidos es la fórmula de “trabajo a éxito”, es decir, los honorarios se obtienen a partir del ahorro conseguido al cliente.

Presión fiscal

Y es que, como expone Estalella, "el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) lo estipula cada Consistorio, que antes se financiaba con las licencias de construcción que tramitaba. Con la caída de la construcción por la crisis, los ayuntamientos han incrementado los valores catastrales porque necesitan recaudar más”.

Este incremento tiene un doble efecto multiplicador. Por un lado, indica el secretario general de CEHAT, “los hoteles son edificios grandes que ocupan mucho suelo, pero es que además la subida de los valores catastrales marca también otras tasas y contribuciones que son totalmente desproporcionadas. Lo único que buscamos es que ese valor sea más acorde con la realidad”.