Una red de agencias traficaba con emigrantes chinos
Publicada 06/05/15
Agentes de la Policía Nacional han desarticulado una organización criminal de ciudadanos chinos dedicada al tráfico ilegal de compatriotas valiéndose para ello de una red de agencias de viajes dirigidas también por ciudadanos chinos.
Los principales destinos eran Reino Unido, Irlanda, Canadá y Estados Unidos, y cobraban una media de 20.000 euros por persona. La operación se ha saldado con la detención de 80 personas, entre las que se encuentran los máximos responsables de la organización, por presuntos delitos de pertenencia a organización criminal, contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, favorecimiento de la inmigración irregular y falsedad documental entre otros.
Las investigaciones se iniciaron en abril de 2013, cuando la Policía tuvo conocimiento de la existencia de una red delictiva, formada en su mayor parte por miembros de nacionalidad china, que operaba desde diversas ciudades de la provincia de Barcelona.
La organización captaba a sus víctimas en China, utilizando principalmente el método del boca a boca, difundiendo la promesa de llegar a cualquier país que quisieran. Un traslado que se hacía a cambio de una cantidad de dinero que variaba en función del país de destino y de los medios utilizados para alcanzarlo, cobrando una media de 20.000 euros por cada persona traficada desde China al Reino Unido.
Tras ser introducidos en Europa, la organización los trasladaba hasta España, donde eran alojadas en pisos controlados por la organización y ubicados en Barcelona, Badalona y Santa Coloma de Gramenet. Las personas traficadas permanecían en los pisos el tiempo que fuera necesario, estando controlados en todo momento por miembros de la organización, mientras que se tramitaban y confeccionaban documentos de viaje falsificados nuevos para realizar el traslado hasta su destino final.
Los documentos se confeccionaban en China y se remitían a los principales investigados en España a través de empresas de mensajería o entre las propias pertenencias de las víctimas. Una vez llegaba la documentación falsificada a nuestro país, miembros de la organización compraban billetes de avión para vuelos con destino al Reino Unido o Irlanda, cuyas reservas se realizaban utilizando una red de agencias de viajes en España, regentadas todas ellas por ciudadanos chinos.
Con todo lo necesario para el viaje preparado, el siguiente paso era enviar a las personas traficadas hasta el destino final, acompañadas en todo momento por los denominados "pasadores", que las controlaban durante el viaje para minimizar cualquier riesgo de fuga o de ser detectados o detenidos por la policía de fronteras de los países de salida y entrada.
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