El turismo no responsable “macdonaliza” los destinos
"Preocupan los destinos que basan su modelo en la oferta y no la demanda"
Publicada 16/06/15Entrevista/ Jordi Ficapal dirige el Observatorio de Turismo Responsable de la Facultad de Turismo y Dirección Hotelera Sant Ignasi (HTSI), Barcelona. Desde este instituto universitario, creado en 2009, se genera, difunde y transfiere conocimiento sobre gestión responsable de los destinos y RSE (Responsabilidad Social Empresarial) aplicada al sector turístico.
Cuando el sector turístico ya comenzaba a acostumbrarse a escuchar el concepto “turismo sostenible”, aunque tampoco lo comprendiera al 100%, llega ahora el “turismo responsable”. ¿No estamos confundiendo a la gente?
Efectivamente, aunque el concepto de turismo sostenible se haya ido popularizando estamos, de hecho, aún muy lejos de comprenderlo y aplicarlo en toda su extensión. Es más, se ha popularizado durante mucho tiempo un uso más bien reduccionista del concepto tomándolo solamente por su dimensión medioambiental y obviando la dimensión social y la dimensión económica del concepto.
¿Entonces cómo nace el concepto "turismo responsable"?
Surge del activismo social preocupado por los impactos negativos del turismo de masas sobre el medio natural y el medio cultural y, en consecuencia, sobre la vida de los residentes de los destinos turísticos y la competitividad del destino como tal.
¿Y cómo se define?
Según la declaración de Ciudad del Cabo (2002) el turismo responsable tiene por misión principal minimizar los impactos negativos que genera el turismo, maximizar los beneficios para la población y el empresariado local e involucrarlos en la gobernanza turística del destino.
¿Qué ventajas tiene ser responsable en turismo?
En un estadio inicial, se enfatiza que una gestión sostenible del destino o de la empresa turística en cuanto a consumo energético y de agua permitirá ahorrar costes. Sin embargo, el ideario del turismo responsable está impulsado por una gama más amplia de factores.
¿Por ejemplo?
El turismo responsable puede incrementar la calidad de la experiencia del turista aportando incluso una ventaja competitiva. Los operadores responsables reportaron en un estudio que, allí donde existía una gran igualdad en el resto de criterios de elección de compra, sus prácticas de turismo responsable marcaron la diferencia a su favor “casi cada vez”.
¿Así que también ayuda a vender?
El turismo responsable no solo genera experiencias memorables, también permite también darse a conocer en el mercado, concitar la atención de los medios y seducir a los clientes potenciales alimentando las repeticiones y las recomendaciones.
¿Pero no se aumentan los costes al ser "responsables"?
Asumir la responsabilidad y gestionar los impactos negativos crea valor para la empresa ya sea por la vía de una gestión más eficiente de los recursos o por la vía de la anticipación de normas y regulaciones gubernamentales o de certificación. Esta anticipación suele redundar en costes de adaptación y conformidad más bajos, haciendo en cualquier caso más competitiva a la empresa.
¿Alguna otra ventaja para las empresas turísticas que quieran ser responsables?
Existen muchas evidencias que sugieren que la agenda de la responsabilidad genera orgullo en las empresas y ayuda a atraer y retener personal leal y con talento. Reducir la rotación de personal puede suponer un beneficio significativo para la empresa reduciendo los costes de reclutamiento y formación en una industria que depende de forma muy notable de los conocimientos y habilidades de su personal.
Por tanto ¿el turismo responsable tiene pleno sentido desde el punto de vista empresarial?
Sí, porque resulta en mejores valoraciones que incrementan el número de repeticiones y recomendaciones y porque da la posibilidad a las empresas de no competir exclusivamente por razón de precio, lo que les permite mantener los márgenes y evitar competir en el abismo del low cost. Pero sobre todo tiene sentido porque contribuye a ofrecer una mejor experiencia turística para todos los actores implicados, especialmente los propios turistas y las comunidades locales, que puede prolongarse indefinidamente en el tiempo a entera satisfacción de todos.
¿Y cuáles son los riesgos de no ser turísticamente responsable?
Podemos observar por ejemplo el coste enorme de revertir, si esto es realmente posible, los problemas causados por un turismo descontrolado que termina por “macdonalizar” o “disneyzar” el destino a costa de las formas de vida locales. Esto lo hemos visto a menudo en destinos de sol y playa. algunos de los cuales están luchando denodadamente por reinventarse.
¿Ese riesgo también es extensible a algunos destinos urbanos?
De hecho, el fenómeno de la conversión de un destino en un no-lugar turístico parece ahora amenazar algunas ciudades en las que se estarían dando procesos de gentrificación en algunos barrios debido a la presión del mercado de alquiler de apartamentos turísticos e, incluso, del mercado del alojamiento en red, en muchas ocasiones mal llamado turismo colaborativo.
¿Cómo ven, a grandes rasgos, la situación en España, un país que recibe 65 millones de turistas extranjeros al año?
Antes que nada debemos decir que todos los problemas que se asocian habitualmente al turismo se han producido gracias al éxito que ha tenido España a la hora de promocionarse y comercializar sus productos turísticos, tanto interior como exteriormente.
¿Por tanto?
Por muchas dificultades que se nos puedan ocurrir, hay que decir que estamos gestionando un éxito. Ahora bien, el modelo intensivo de sol y playa continua siendo mayoritario dentro de la oferta, algo que a la larga se ha demostrado que tiene impactos a todos los niveles (comunidad, urbanismo, medio-ambiente). Hace falta redefinir el pacto nacional de turismo y plantear metas reales y eficientes que cuenten con la aprobación de los afectados para conseguir un turismo responsable en España.
¿Algún destino de España les preocupa especialmente?
Lo cierto es que ninguno en particular, sino todos aquellos que basen su modelo de turismo en la oferta y no la demanda, que sufran una estacionalidad acusada y que no sean capaces de redistribuir adecuadamente en la comunidad los efectos positivos del turismo.
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