Los amos del cielo, indispensables para la llegada de turistas

La industria aérea europea en general, y la española en particular, viven un entorno de feroz competencia y los efectos remanentes de la crisis económica, al lado de los escasos márgenes que caracterizan su actividad. Ha tenido que desarrollar planes de reestructuración con cíclicos recortes de personal, reducciones salariales y deterioro de las condiciones laborales que han afectado la calidad del empleo y la contratación, y provocado una creciente conflictividad laboral en el sector y la convocatoria de huelgas.

Los amos del cielo, profesionales indispensables para la llegada de turistas

Y ante un panorama de crecimiento versus déficits estructurales (ver cuadro adjunto), la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA) resalta la necesidad de contratación de nuevos controladores ya no tanto para atender el previsible aumento del tráfico aéreo, como para cubrir el déficit de personal desde hace unos años. El vicepresidente de la Asociación Profesional de Controladores de Tránsito Aéreo (APROCTA), Jaume Assens, recuerda por su parte que se trata de un déficit estructural de España y que se agravará con el envejecimiento natural de los actuales integrantes de la plantilla de Enaire, tras las jubilaciones que se producirán en los próximos 10 años.

USCA destaca que Enaire (antes Aena) lleva aproximadamente una década sin convocar nuevas plazas de controlador aéreo, que requieren de periodos de formación de unos dos años antes de poder ejercer.

Sin embargo, según ambas organizaciones, el Ministerio de Fomento suspendió la convocatoria de contratación de 45 nuevos controladores, “una convocatoria que en sí misma resultaba manifiestamente insuficiente en un sector que actualmente cuenta con unos 2.000 profesionales ejerciendo”, apunta Assens.

España presenta un déficit estructural de controladores aéreos que hace ineficiente su servicio de navegación aérea.

La imposibilidad estructural de aumentar la capacidad se traducirá en más demoras, afectando a aerolíneas y pasajeros, si bien se mantienen los niveles de seguridad.

Sin embargo, desde USCA acotan que “actualmente venimos comprobando cómo determinadas decisiones empresariales están por encima de decisiones del ámbito operativo y de seguridad. Vemos cómo en ocasiones se superan las capacidades o que en determinadas situaciones especiales como días con meteorología adversa o cierres de pista por obras, mantenimiento, etc..., no se imponen las reducciones necesarias en el volumen de tráfico. Esto se hace para reducir las posibles demoras, sin tener en cuenta, según nuestra opinión, criterios de seguridad”.

La crisis y los bajos márgenes de rentabilidad también han llevado en el campo del control aéreo a recortes en la formación de profesionales, mantenimiento de equipos, descansos del personal, etc. “Son diversos factores que claramente afectan y rebajan el listón de seguridad, lo cual no significa que la situación actual sea insegura, pero sí que el nivel de seguridad actual no es el mismo que hace unos años”.

En España hay aproximadamente unos 2.500 controladores aéreos, de los que más del del 90% del colectivo está afiliado a USCA; mientras alrededor del 50% participa en la asociación profesional Aprocta. El déficit se observa en la mayor carga de trabajo que tiene los controladores españoles frente al resto de Europa.

APROCTA puntualiza que resulta fundamental “invertir en tecnología, en personal controlador aéreo y en estrategias de gestión de tráfico aéreo”.

Los amos del cielo, profesionales indispensables para la llegada de turistas

Precarización de pilotos

Por su parte, el vicepresidente del sindicato de pilotos Sepla, Javier Gómez Barrero, considera que el crecimiento previsto en el turismo y la demanda del transporte aéreo llevará al colectivo de pilotos a “volar continuamente al límite legal de actividad aérea y de horas de vuelo, con descansos mínimos y en condiciones muchas veces no adecuadas”.

Agrega que la Reforma Laboral ha facilitado que las compañías aéreas presenten expedientes de regulación de empleo (ERE) que, si bien aprobó la autoridad laboral, algunos fueron declarados ilegales. Pero tales sentencias no han sido acatadas por la industria, “manteniéndose situaciones injustas... todo ello ha permitido que existan pilotos pagando por trabajar, pilotos como falsos autónomos, contrataciones de pilotos en paraísos fiscales o sin cotizar en el país en el que efectivamente trabajan más de seis meses”.

El estudio “Anomalías laborales en la aviación”, elaborado por la Universidad de Gante con financiación de la Comisión Europea, ya denunciaba hace unos meses esta “precarización” profesional de los nuevos pilotos y sus consecuencias para la seguridad aérea. Según el informe, hasta un 40% de los pilotos de entre 20 y 30 años no tiene relación directa con la aerolínea para la que opera y hacía referencia al “dramático ascenso” de los autónomos y “falsos autónomos” (contratados a través de intermediarios) para eludir el pago de impuestos o las cotizaciones a la Seguridad Social.

Los amos del cielo, profesionales indispensables para la llegada de turistas

Gómez Barrero señala que, en este contexto, el perfil más demandado en la industria europea será el de “pilotos con el mínimo de horas de vuelo y en posesión de la habilitación de tipo de la aeronave que necesita la compañía aérea”. Agrega que “en el equilibrio que debería existir entre seguridad y economía, hay compañías aéreas que inclinan la balanza descaradamente hacia esa última con la permisibilidad de las autoridades aeronáuticas. Y en ocasiones, el mínimo legal no implica necesariamente que sea seguro”.

Signos positivos

El decano del Colegio Oficial de Pilotos de la Aviación Comercial (Copac), Luis Lacasa Heydt, reconoce que, en la actualidad, se aprecia cierto movimiento, recordando que recientemente Iberia realizó una convocatoria para incorporar 120 pilotos y es posible que otras compañías pongan en marcha procesos de selección.

No obstante, cabe mencionar que en el proceso de reestructuración de la aerolínea fueron despedidos 244 pilotos. En todo caso, el COPAC considera positivo que comience a registrarse una recuperación económica y un aumento de la demanda que influyen en la actividad de las compañías y en la creación de puestos de trabajo que “generan expectativas profesionales a los más jóvenes y permiten recuperar a los más veteranos, muchos de ellos volando en el extranjero actualmente, para que su conocimiento y experiencia sean aprovechados”.

Por otra parte, considera clave que se adapte la formación y el entrenamiento de los pilotos a ese nuevo escenario que supone la masiva incorporación de automatismos y tecnología en las cabinas, pero recuperando el peso y el valor de los aspectos humanos.

En la actualidad, en España hay más de 6.200 pilotos colegiados. Un 56% se encuentra trabajando en el país; alrededor de un 22% se encuentra desempleado y un 10,6% ejerce la profesión en el extranjero.

Cambio de ciclo para los TCP

El presidente del Sindicato de Tripulantes de Cabina de Pasajeros de Líneas Aéreas (Sitcpla), Antonio Escobar Flores, considera que “tras ver los difíciles años transcurridos desde 2007, en los que se perdieron cientos de puestos de nuestra profesión (LTE, Futura, Spanair) y otras compañías redujeron plantilla, se intuye un cambio de ciclo y las planificaciones de las compañías tienden a hablar de contratación. Por desgracia, muchos de esos TCP no podrán optar a volver a volar por el extemporáneo criterio de juventud que invocan algunos departamentos de RRHH con mentalidad oxidada”.

En cuanto a formación, Escobar apuesta por profundizar en las materias de seguridad en vuelo y destaca que prevalecerá la exigencia de idiomas a los TCP, cobrando protagonismo los de los mercados emisores como China y Rusia.

Este contenido forma parte del tema de portada del número de septiembre de Hosteltur ('Empleo turístico, ¿nuestro talón de Aquiles?'), disponible en el pdf adjunto.